De la euforia al aburrimiento, de las porras al Presidente Andrés Manuel López Obrador a la monotonía del primer viaje público en el Tren Maya que duró cuatro horas más de lo anunciado.
De mañana al atardecer. Salió a las 7:13 horas de Campeche entre gritos de “¡es un honor estar con Obrador!” y llegó pasadas las 17:30 horas a Cancún, con cambio de horario incluido.
El verde selva y estaciones inconclusas, como único paisaje, causaron sueño, sopor y hambre porque se agotaron el agua y los alimentos.
“¡Aquí nos vamos a quedar hasta Navidad!”, exclamó la promotora de una agenda turística.”Muy bonita experiencia, pero muy lento”, agregó un ciudadano chino al abortar el viaje en la estación de Mérida, una de las tres paradas de hasta una hora que hizo durante 14 estaciones. La larga espera fue para que pasara el otro tren que iba por la univía..
El tren inaugurado parcialmente el viernes por el Presidente bajaba su velocidad hasta los 29 kilómetros por hora, y el director de Tren Maya S.A. de C.V., el General Oscar Lozano Águila, aceptó que no llegaron los 221 pasajeros por falta de transporte a la estación de Campeche.
“¿Has visto algún lugar donde no haya trabajos?”, justificó sobre las obras inconclusas. Hay medio tren, pero parece reumático.
(Con información de Reforma)