El asesinato de la joven Asunta Basterra se ha convertido en uno de los casos más conocidos de la crónica negra española. La niña de 12 años, de origen chino y adoptada por sus padres, fue asesinada por sus padres en Galicia tal y como dictó una sentencia de noviembre de 2015.
Pero, ¿qué es lo que pasó? Empecemos por el principio. Asunta Basterra Fariña, nacida Fang Yong el 30 de septiembre de 2000 en Yongzhou, China, fue adoptada por el matrimonio español Alfonso Basterra y Rosario Porto después de cumplir un año. Residían en Santiago de Compostela, España.
Los padres de Asunta, una pareja destacada en sus respectivas profesiones - él, periodista, y ella, abogada - decidieron adoptarla debido a la advertencia del médico de Rosario. Este le informó sobre los riesgos mortales que enfrentaría si quedaba embarazada debido a su lupus eritematoso (tal y como se relata en un artículo publicado en BBC News).
Asunta Basterra era una niña dotada de inteligencia y habilidades excepcionales. Asistía a colegios privados, absorbía conocimientos con rapidez, y disfrutaba de momentos felices junto a su familia y amigos. Sus abuelos adoptivos la adoraban. Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida cuando, a poco más de una semana de cumplir 13 años, sus padres, Alfonso y Rosario, se presentaron ante la policía para denunciar su repentina desaparición.
A lo largo de la investigación, los padres de Asunta colaboraron activamente. Sin embargo, los agentes encontraron indicios y notaron inconsistencias en sus testimonios. Tanto Rosario como Alfonso ofrecieron diversas versiones sobre sus actividades durante la tarde del sábado en que tuvo lugar la desaparición.
Uno de los principales indicios fue el descubrimiento de cuerdas de color naranja en una casa rural perteneciente a la familia, cerca del lugar donde ocurrieron los hechos en Teo (Galicia / España). Estas cuerdas eran similares a las utilizadas para atar el cuerpo de Asunta.
Además, la autopsia reveló que la niña tenía altas concentraciones de lorazepam en su organismo, un potente tranquilizante y ansiolítico que solo se puede adquirir con receta médica en España.
El padre adoptivo de Asunta sostuvo que los medicamentos eran para su esposa, quien enfrentaba problemas de salud. No obstante, la niña evidenció somnolencia en clases y confesó a su profesora que su madre le suministraba polvos para dormir. La investigación reveló que Alfonso adquirió lorazepam en julio y septiembre, períodos que coinciden con los episodios de somnolencia y el fallecimiento de Asunta.
Asunta fue registrada por una cámara de seguridad saliendo de su casa en Santiago de Compostela a las 13:55, dirigiéndose al apartamento de su padre. Allí compartió el almuerzo con sus padres antes de regresar sola a casa de su madre.
Por la tarde, Rosario Porto fue vista entrando en su garaje antes de dirigirse a la vivienda secundaria en Teo. Al denunciar la desaparición de Asunta, Rosario afirmó haber dejado a la niña sola en casa a las 19:00, pero una cámara de gasolinera registró su paso junto a Asunta hacia Teo.
Según lo que se relató posteriormente en sede judicial, alrededor de las 21 horas, un vecino saludó a Rosario en Teo, Galicia (en la foto) mientras estaba en su coche, pero no vio a la niña.
Por su parte, Alfonso, quien declaró haber pasado toda la tarde en casa leyendo, fue visto por las cámaras de seguridad cerca de su vivienda a las 21:00. El móvil de Asunta registró una conexión a las 21:05, seguida de aproximadamente 20 llamadas desde el teléfono del padre a varios números.
La noche transcurrió hasta que los padres denunciaron la desaparición de su hija adoptiva en la comisaría central de Santiago de Compostela. La tragedia se confirmó en la madrugada, cuando una pareja de jóvenes encontró el cuerpo sin vida de la niña y alertó a la Guardia Civil a la 01:39.
En 2013, la abogada y el periodista (en la foto) experimentaron un año especialmente tumultuoso. En enero, él descubrió una infidelidad de ella, lo que casi desencadenó su divorcio. Sin embargo, lograron un acuerdo para compartir la custodia de su hija adoptiva en los meses siguientes.
Como parte del acuerdo, Alfonso se mudó a un apartamento cercano a la casa de Rosario y Asunta. En julio, un incidente inusual ocurrió cuando un hombre enmascarado ingresó supuestamente a la habitación de Asunta por la noche e intentó estrangularla. A pesar de que Rosario sorprendió al intruso, tal y como ella misma relató a la policía después, no presentó una denuncia.
El juicio comenzó en junio de 2014 con la Fiscalía solicitando 18 años de prisión para cada uno de los padres, mientras que la acusación popular pidió 20. Sin embargo, el proceso no comenzó oficialmente hasta el 29 de septiembre de 2015, con la selección del jurado y la participación de 84 testigos y 60 peritos en la Audiencia Provincial de La Coruña, atrayendo una gran atención mediática, según menciona un artículo de BBC News.