Alexandre Billard, director general adjunto de la agencia de eventos Ubi Bene, Thomas Jolly, director artístico de la ceremonia de inauguración, y Thierry Reboul, director ejecutivo de las ceremonias de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, “han presentado una denuncia por amenazas de muerte”, indicó la fiscalía de París.
La justicia francesa investigará las amenazas de muerte formuladas contra los organizadores de la ceremonia de los Juegos Olímpicos de París, blanco de críticas de un amplio abanico de personas.
La investigación se sumó a otras abiertas, a raíz de denuncias similares que presentaron varios protagonistas de la ceremonia de inauguración del pasado 26 de julio.
Thomas Jolly aseveró que la escena, en la que aparecía luego el cantante Philippe Katerine con el cuerpo pintado de azul y cubierto de guirnaldas, era un tema báquico que pretendía simplemente hacer un guiño a los diosos del Olimpo y no la Última Cena o una burla al cristianismo.
“Nunca encontrarás en mi trabajo cualquier intento de burla o denigración, por el contrario, la ceremonia reafirma los valores de nuestra república (...) Queríamos hacer notar que cuando estamos unidos con todas nuestras diferencias podemos crear cosas hermosas y conmovedoras”, detalló.
“Quería ser muy teatral, quería rendir homenaje a la teatralidad del Grand Guignol; es decir, recargamos el maquillaje, de manera que todo pareciera plástico para que siempre se comprendiera que se trataba de una representación artística”, describió Jolly.
Posteriormente, Jolly interpuso una querella, denunciando “mensajes de amenazas e injurias en las redes sociales criticando su orientación sexual y que erróneamente se le atribuyen orígenes israelíes”, continuó la fiscalía.
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La escena con las drag queens y Philippe Katerine, llamada “Festividad”, fue criticada por un amplio abanico de actores políticos y religiosos, desde el Vaticano hasta el guía supremo iraní Alí Jamenei, pasando por Donald Trump, la cancillería rusa, el primer ministro húngaro Viktor Orban y el líder turco Recep Tayyip Erdogan, ya que se consideró “una burla” al cristianismo, por su parecido con la obra de Leonardo da Vinci, La Última Cena, pintada entre 1494 y 1498.
