Para romper el hielo, los asistentes al taller comentan su mejor (o peor) experiencia a bordo de una bicicleta.
Después pasan a una explicación sobre las características del bambú que lo convierten en un mejor material que otros; por ejemplo, que puede absorber cuatro veces más las vibraciones que la fibra de vidrio o que resiste el doble de presión verticalmente que el acero.
Tras precisar los nombres de las partes de los cuadros y dar consejos básicos de seguridad, como no derramar la resina epóxica con la que se unen las varas a las partes o protegerse muy bien para el proceso de lijado de la fibra de carbono (pues pica, y pica en serio la piel), los asistentes comenzaron con entusiasmo a trabajar.
Diego ha armado más de 500 bicicletas, cantidad que ha aumentado tiempo acá, además de que se ha relacionado con otros fabricantes alrededor del mundo con quienes comparte consejos.
Autodidacta, el joven emprendedor aprendió a tomar fotografías, a diseñar páginas de Internet, a elaborar afiches y a comenzar a relacionarse en su empresa.
"El modelo de negocio hasta ahorita sigue siendo sobre pedido. Tengo gente que está trabajando tiempo completo en la Ciudad de México. El proceso es muy bonito, ver los bambús en la pared secándose, como que llegas y te ayudo a escoger tu bici, a materializar las ideas que tengas".
De un mes, el tiempo de entrega ha bajado a dos días y actualmente tienen ya un inventario. Venden a través de Amazon, eBay, Mercado Libre y otras plataformas, además de su sitio bamboocycles.com.
De manera periódica, Diego imparte talleres donde los participantes fabrican sus propios marcos en ciudades de México y de América Latina, como Uruguay y Chile. Se pueden solicitar informes de los próximos talleres en el sitio de Internet.
"La sensación que tengo el domingo, ya que están todos con sus marcos, que se mueren de ganas por armarlos, eso es súper bonito". Fuente:Elinformador.