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Con el argumento de que el dengue y el chikungunya son enfermedades muy peligrosas, pobladores de la comisaría de Sitpach lograron ayer que el propietario de un amplio terreno baldío se comprometiera a desmontarlo y mantenerlo limpio.
Tal como acordó el fin de semana, el comisario municipal, José Eladio Cocom Cen, llegó al amplio terreno, ubicado en la calle 14 entre 11 y 13 de la comisaría, con varios vecinos que viven en la misma calle principal para esperar al dueño del baldío, José Martín Moo Tepal.
Cuando aquél se enteró por el Diario que los habitantes tomarían posesión del terreno, ofreció un diálogo y una propuesta de solución.
Moo Tepal llegó a su terreno poco después de las nueve horas y constató el estado del área. Tras sostener fuertes enfrentamientos verbales con los vecinos afectados, dijo que acudió al lugar para solucionar el problema vecinal.
Varias mujeres, entre ellas Hermelinda Dzul Cetina, dijeron que además de que ese baldío es un criadero de moscos también es refugio de culebras, “zorros”, alimañas y otros animales que amenazan la integridad de las familias que viven cerca de ahí.
El comisario informó que el dengue y el chikungunya han sembrado temor en el poblado: hay varios casos confirmados de ambas enfermedades. Los habitantes le exigen que localice a los propietarios de los numerosos terrenos baldíos y los obligue a mantenerlos limpios, sin maleza alta.
“Es una zona de peligro este terreno abandonado”, manifestó la señora Dzul Cetina. “Si usted es el dueño, pues debe mantenerlo limpio; si no lo puede trabajar, nos lo repartimos”.
“Con los moscos que hay este terreno produce más”, reclamó la vecina al propietario.
“Ustedes tienen toda la razón, por algún motivo no había podido limpiarlo, pero el domingo vendré con mis hermanos, contrataremos chapeadores y empezaremos a limpiarlo”, ofreció. “Ya una vez lo mandé limpiar, pero crecen de nuevo las matas y la hierba”.
La justificación que dio Moo Tepal molestó a los vecinos, pues era evidente que por el tamaño de los árboles y la maleza, el sitio tenía más de una década sin chapeo.
“No nos venga a mentir, si lo estuviera trabajando no estaría así de monte”, reclamó Lucila Chalé, una de las vecinas más molestas.
El dueño del terreno reclamó el robo de las piedras de la albarrada y preguntó a las vecinas que así como ven que salgan culebras, zorros y alimañas alguien debió ver quién se robó las piedras. Nadie acusó a alguien.
“Si son varios hermanos los dueños de este terreno, cada quien debe trabajar su parte. ¿A quién afectan? Al pueblo”, reclamó la mujer. “Como ellos no viven aquí, viven en un lugar limpio en Mérida, pues no les perjudica, pero nosotros sí aguantamos a los animales que salen del monte”.
“Si no lo trabajan, que lo repartan al pueblo, aquí hay gente que lo necesita y sí lo van a trabajar”, insistió.
Otros vecinos propusieron que ahí se construya un campo de béisbol comunitario. Ante las reclamaciones de vecinos y del comisario municipal, Moo Tepal pidió que inviten a chapeadores de la comisaría para que el domingo los contrate e inicien la limpieza del lugar.