Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
La obesidad se asocia con un mayor riesgo de empezar a fumar y la frecuencia de cigarrillos por día, según un estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ).
Estos resultados sugieren fuertemente que la obesidad influye en el comportamiento de fumar, lo que podría tener implicaciones para las intervenciones de salud pública con el objetivo de reducir la prevalencia de estos importantes factores de riesgo, dicen los investigadores.
Los fumadores tienen un peso corporal más bajo en promedio que los no fumadores, pero tienden a aumentar de peso después de dejarlo. Sin embargo, los fumadores activos que fuman más intensamente tienden a pesar más que los que fuman poco. Aunque esto puede deberse a otros factores del estilo de vida, como la inactividad física y la dieta poco saludable, también es posible que la obesidad pueda influir en la absorción y la intensidad del tabaquismo.
De hecho, la evidencia genética sugiere una posible base biológica común para las conductas adictivas, como la dependencia a la nicotina y una mayor ingesta de energía. Si se pudiera establecer que la obesidad influye en el comportamiento de fumar, esto tendría implicaciones para las estrategias de prevención que apuntan a reducir estos importantes factores de riesgo.
Para comprender mejor estas interacciones, un equipo de investigadores con sede en Francia y Reino Unido se propuso determinar si los marcadores genéticos asociados con la obesidad desempeñan un papel directo (causal) en el comportamiento del fumador.
Analizaron variantes genéticas con efectos conocidos sobre el índice de masa corporal (IMC), porcentaje de grasa corporal y circunferencia de cintura para casi 450 mil individuos de la base de datos de Biobank de Reino Unido y del cConsorcio Tabaco y Genética (TAG, por sus siglas en inglés) usando una técnica llamada asignación al azar mendeliana.
Este estudio proporciona evidencia de que las diferencias en el índice de masa corporal y la distribución de grasa corporal influyen en distintos aspectos del comportamiento de fumar, incluido el riesgo de que las personas comiencen a fumar o dejen el tabaco.
La obesidad se asocia con un mayor riesgo de empezar a fumar y la frecuencia de cigarrillos por día, según un estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ).
Estos resultados sugieren fuertemente que la obesidad influye en el comportamiento de fumar, lo que podría tener implicaciones para las intervenciones de salud pública con el objetivo de reducir la prevalencia de estos importantes factores de riesgo, dicen los investigadores.
Los fumadores tienen un peso corporal más bajo en promedio que los no fumadores, pero tienden a aumentar de peso después de dejarlo. Sin embargo, los fumadores activos que fuman más intensamente tienden a pesar más que los que fuman poco. Aunque esto puede deberse a otros factores del estilo de vida, como la inactividad física y la dieta poco saludable, también es posible que la obesidad pueda influir en la absorción y la intensidad del tabaquismo.
De hecho, la evidencia genética sugiere una posible base biológica común para las conductas adictivas, como la dependencia a la nicotina y una mayor ingesta de energía. Si se pudiera establecer que la obesidad influye en el comportamiento de fumar, esto tendría implicaciones para las estrategias de prevención que apuntan a reducir estos importantes factores de riesgo.
Para comprender mejor estas interacciones, un equipo de investigadores con sede en Francia y Reino Unido se propuso determinar si los marcadores genéticos asociados con la obesidad desempeñan un papel directo (causal) en el comportamiento del fumador.
Analizaron variantes genéticas con efectos conocidos sobre el índice de masa corporal (IMC), porcentaje de grasa corporal y circunferencia de cintura para casi 450 mil individuos de la base de datos de Biobank de Reino Unido y del cConsorcio Tabaco y Genética (TAG, por sus siglas en inglés) usando una técnica llamada asignación al azar mendeliana.
Este estudio proporciona evidencia de que las diferencias en el índice de masa corporal y la distribución de grasa corporal influyen en distintos aspectos del comportamiento de fumar, incluido el riesgo de que las personas comiencen a fumar o dejen el tabaco.
Fuente: El universal