Noticias de Yucatán
La Iglesia Católica recalca que el culto a la Santa Muerte, que cada vez tiene más adeptos en Yucatán, representa un engaño y un camino de autodestrucción no sólo del cuerpo, sino del alma.
“Ojalá que fuera un camino de destrucción sólo del cuerpo. El mismo Jesús nos advierte de esto: No teman a los que matan el cuerpo. Teman a los que matan el alma”, subraya Miguel Medina Oramas, párroco de María Reina de los Ángeles.
El sacerdote señala que el primer engaño que rodea a ese culto es llamar santa a la muerte.
El domingo pasado publicamos amplia información sobre el crecimiento del culto a la Santa Muerte en Mérida. A diferencia de la semiclandestinidad que le caracterizaba hace unos años, ahora se le practica abiertamente con manifestaciones que incluyen rezos y procesiones.
Una de esas procesiones se realizó en la noche del sábado, desde las puertas del cementerio de Xoclán hasta un “santuario” en la colonia Mercedes Barrera. Sus devotos dicen que no son una secta y piden respeto a sus creencias.
En una entrevista, el presbítero Medina Oramas manifiesta lo siguiente:
—La Santa Muerte, como se le llama, es sólo un disfraz más del demonio, de Satanás. Mucha gente se acerca a esa imagen a pedirle algo para progresar, salir de alguna enfermedad, vencer o destruir a los enemigos… La utilizan para buscar lo que no pueden lograr con sus medios: dame riqueza, entrégame a esa mujer que deseo, a ese hombre que anhelo…
—Entonces la Santa Muerte (hace ademán de comillas) se convierte en hacedora de bien, de un bien que esa persona pide sin tomar en cuenta el precio. Mientras Jesucristo dio su vida para darnos vida, el demonio, expresado en la Santa Muerte, quiere nuestra vida. Te va a dar, pero te va a cobrar. Y el cobro es tu vida.
—Aquí en la parroquia hemos recibido a gente que oyó una voz que dice: “Mátate, destrúyete”. Los adoradores de la Santa Muerte acaban muertos, Para muchos, el final es el suicidio. Satanás les va a cobrar el favor.
—El que adora a la muerte, a ídolos, se está metiendo en un camino falso. Hay gente que piensa que esto podría ser de Dios, pero no, es del demonio. Jesús dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”. ¡Se acabó! Cualquier otro camino de regreso a Dios no existe. En todo caso sería un camino de autodestrucción, y no solamente del cuerpo sino del alma.
Simbolismo
El Pbro. Miguel Medina tabién habla del simbolismo de la muerte entre los yucatecos en estos días. La celebración de los difuntos, apunta, se convierte en celebración de vida.