Noticias de Yucatán
Leobardo Vázquez Atzin, periodista veracruzano de 42 años de edad, fue asesinado esta noche en el municipio de Gutiérrez Zamora, Veracruz.
La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP), a través de su presidenta Ana Laura Pérez, confirmó el crimen.
De acuerdo con medios locales, Vázquez habría sido amenazado y ya había pedido ayuda y orientación para poder contar con protección.
Reporteros de Veracruz indicaron que al parecer el comunicador fue victimado al interior de su domicilio, en la colonia el Renacimiento del municipio de Gutiérrez Zamora. Los hechos sucedieron a las 8 de la noche con 17 minutos.
El reportero, quien trabajó para la Opinión de Poza Rica y Vanguardia, tenía su propio medio, llamado Enlace Informativo Regional.
En Enlace, “un periódico que piensa”, se informaba sobre las poblaciones de Gutiérrez Zamora, Tecolutla, Papantla, Poza Rica, San Rafael, Martínez de la Torre y la Sierra de Papantla.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su informe “Zonas silenciadas: regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión”, indica que las regiones de mayor gravedad en México son Veracruz, Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero y Chihuahua. En el sexenio de Enrique Peña Nieto se ha asesinado a 42 periodistas –contando el de esta noche– y se dio un repunte del desplazamiento de periodistas por la violencia.
“El éxodo masivo empezó en el sexenio de Felipe Calderón. Como botón de muestra tenemos que el día que asesinaron a Regina Martínez, 30 periodistas salieron de Veracruz, según narró uno de los que se refugiaron en la Ciudad de México”, reporta por su parte Artículo 19.
La misma organización internacional indica que en Veracruz han sido asesinados siete periodistas desde la implementación de la alerta, en noviembre de 2015.
Leobardo Vázquez. Foto: Especial.
Artículo 19 dice en su reporte anual, apenas presentado esta semana, que tras el asesinato de cinco periodistas veracruzanos en 2012, la organización “expuso en su informe anual de ese año que Veracruz comenzaba a formar parte de la región de silenciamiento de medios. Cinco años y 12 asesinatos después, Veracruz se ha convertido en el estado más peligroso para ejercer el periodismo, por arriba de sus vecinos norteños. Los años del gobierno de Javier Duarte estuvieron marcados por 17 asesinatos y por la violencia propiciada desde las mismas estructuras del gobierno duartista.
Sin embargo, el cambio de gobierno estatal no ha logrado disminuir el riesgo para las y los periodistas en el estado. En la actual administración de Miguel Ángel Yunes Linares han sido cuatro los periodistas asesinados.
Veracruz, el de Yunes Linares, cerró 2017 con mil 562 homicidios dolosos, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Al menos cuatro personas, según lo anterior, fueron asesinadas al día. Es decir, en la entidad mataban a alguien por lo menos cada seis horas.
A nivel nacional, la violencia en los último diez años se ha expandido y se ha perpetrado entre las autoridades en los distintos niveles de gobierno. Los periodistas se han llevado una de las peores partes, de acuerdo a Artículo 19.
México sigue siendo el país más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina y los niveles de violencia a los que se enfrentan quienes buscan informar son sólo comparables con aquellos países en situación de guerra declarada, como Siria.
La organización que cumple diez años con presencia en México, documenta 507 agresiones contra periodistas y 12 asesinatos en 2017, año de estudio del informe. Así, a lo largo del sexenio de Enrique Peña Nieto se han registrado mil 986 agresiones, contabiliza, y se ha convertido en el más violento del siglo XXI en México.
El contexto para los comunicadores y los mexicanos en general, afirma Artículo 19, es sombrío.
“En este país no hay nada más barato que la vida humana. Las masacres, las desapariciones, que ya se cuentan por decenas de miles, revelan un mismo patrón de impunidad”, afirma.
La violencia no ha cesado, plantea, y el ingenio para generar nuevas formas de violentar la libertad de expresión e información ha provocado una contracción continua del espacio cívico, ese donde participan, se expresan, se reúnen y se informan los mexicanos.
Sin Embargo