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El domingo 20 de octubre de 2024, el sacerdote Marcelo Pérez, de 51 años, fue asesinado a tiros justo después de oficiar misa en la parroquia de Cuxtitali, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Un video de una cámara de vigilancia muestra los últimos momentos de su vida, revelando cómo fue emboscado por dos hombres a bordo de una motocicleta.
Un ataque captado por cámaras de seguridad
El video, que ya circula en redes sociales, muestra al padre Marcelo saliendo de la iglesia bajo una ligera lluvia. Llevaba una bolsa roja en la mano y vestía una chamarra.
Mientras los feligreses aún se retiraban del templo, él caminaba hacia su camioneta Ford Edge Titanium, a tan solo 200 metros de la iglesia, en una calle estrecha del barrio Cuxtitali.
En la grabación se ve cómo, a las 8:52 horas, una motocicleta se acerca sigilosamente al vehículo del sacerdote. Apenas unos segundos después, se escuchan los disparos. El padre Marcelo cae abatido dentro de su camioneta, que avanzó unos metros antes de detenerse.
Sospechas de un grupo criminal
Aunque las autoridades aún no han emitido un comunicado oficial sobre los responsables, se ha señalado de manera extraoficial al grupo delictivo conocido como “Los Motonetos”, una banda que ha estado operando en la región de Los Altos.
Marcelo Pérez había denunciado en varias ocasiones la inseguridad y el poder del crimen en el estado de Chiapas. Tan solo en septiembre, el sacerdote participó en una marcha pacífica contra la violencia, advirtiendo que “Chiapas es una bomba de tiempo”. Su asesinato podría estar vinculado a estas acciones.
Un activista que levantaba la voz
Nacido en San Andrés Larráinzar, Marcelo Pérez no solo era un líder religioso, sino también un activista comprometido con las comunidades indígenas de Los Altos. Durante años, fue mediador en conflictos locales, tratando de frenar la violencia que asola a la región.
Había recibido múltiples amenazas de muerte, especialmente durante su tiempo en Simojovel, donde se enfrentó a los caciques locales y a grupos criminales que controlaban la zona.
En 2021, su nombre volvió a sonar en medio del conflicto en Pantelhó, cuando intentó mediar entre los habitantes y el grupo autodefensa “El Machete”. Aunque fue trasladado a San Cristóbal para proteger su vida, las amenazas nunca cesaron.
Chiapas, un estado fronterizo con Guatemala, es clave para el tráfico de drogas, armas y personas. Los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) se disputan el control de las rutas en la región, mientras que grupos locales actúan como sus brazos armados.
Reacciones ante el asesinato
El asesinato del padre Marcelo Pérez ha provocado indignación en la comunidad religiosa y en organizaciones defensoras de los derechos humanos. La Diócesis de San Cristóbal de Las Casas emitió una carta pública exigiendo el desmantelamiento inmediato de los grupos criminales que operan en la región y demandando protección para los líderes sociales y religiosos.
Sheinbaum Pardo anunció esta mañana de martes que la Fiscalía General de la República (FGR) ha atraído el caso del asesinato del padre Marcelo.
“Quisiera manifestar que lamentamos el homicidio, el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez de San Cristóbal de las Casas. Se está haciendo la investigación; el día de hoy la Secretaria de Gobernación estuvo en comunicación tanto con el gobierno estatal como con la diócesis, con las autoridades eclesiásticas”, declaró el pasado lunes.
Sheinbaum enfatizó la importancia de trabajar en coordinación para que este crimen no quede impune.
Miles de feligreses acuden al sepelio de cuerpo presente
Hoy, 22 de octubre, miles de fieles católicos se han concentrado en la plaza central de San Andrés Larráinzar para despedir al sacerdote Marcelo Pérez. El obispo emérito Raúl Vera López presidirá la misa de cuerpo presente en un templete instalado frente al templo, donde se han reunido devotos provenientes de diversas regiones de Chiapas, de otros estados y del extranjero.
Familiares cercanos, incluidos padres y hermanos, han rodeado el féretro mientras amigos y conocidos pasan a rendir homenaje y despedirse del sacerdote. Con clamor, los fieles gritan: “¡Viva el padre Marcelo!”, mientras grupos de música tradicional, con guitarras y arpas, amenizan el ambiente en medio de una fina lluvia que cae sobre el municipio.
Al término de la misa, el cuerpo del sacerdote será inhumado en la parte posterior del templo de San Andrés, donde se espera que muchos más se reúnan para honrar su memoria.
