A un año del surgimiento del virus de la influenza AH1N1, la presencia de la enfermedad dejó enseñanzas positivas en la población, que hoy día está más preocupada por el autocuidado de la salud y las medidas de higiene, señala el doctor Salvador Gómez Carro, subdirector de Salud Pública de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY).
El especialista dice que fueron determinantes las medidas que se tomaron para combatir el mal, el distanciamiento social y los filtros en las escuelas para mitigar los potenciales efectos que se pensaba tendría la epidemia en la población.
A un año de que las autoridades federales de salud lanzaron la alerta sanitaria, el funcionario invita a la población a no abandonar las medidas de higiene.
El doctor Gómez Carro agrega que estas medidas sirvieron en buena parte para administrar mejor los servicios de salud, y hubo buena respuesta de los sectores público y privado.
—La iniciativa privada colaboró con dispensadores de jabón y alcohol para sus trabajadores, y pidió la participación de sus agremiados y trabajadores para que hicieran efectivas las medidas de higiene.
La presencia del mal también fue positiva, pues se limpiaron los centros de trabajo y las escuelas, “hubo medidas que si bien encabezó la SSY no hubieran podido hacerse sin la colaboración de directivos, alumnos y padres de familia”.
Además, agrega, hubo otras medidas que tomó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pues brindó insumos como jabón líquido para el trabajo voluntario.
Destaca también la participación social, pues la población estuvo receptiva a las iniciativas, por la incertidumbre que acompañó la enfermedad.
—Generalmente la sociedad, cuando hay un problema inminente y le afecta, tiene una gran participación, pasa en todo el mundo, pero cuando no lo hay no siempre se tiene esta respuesta, pero la influenza dejó el aprendizaje de buenos hábitos de higiene.
A un año de que las autoridades federales de salud lanzaron la alerta sanitaria, el doctor Salvador Gómez Carro, subdirector de Salud Pública de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY), invitó a la población a no abandonar las medidas de higiene.
Gómez Carro subrayó que la presencia del mal también fue positiva, pues dejó buenas enseñanzas en la población, que hoy día está más preocupada por el autocuidado de la salud y las medidas de higiene.
El funcionario recordó que algo similar ocurrió con el cólera que se presentó a principios de los 90. De esa experiencia los habitantes de las comunidades más necesitadas aprendieron a comprar agua para beber o la hervían. Además, las autoridades ya usan nuevos mecanismos para clorar el vital líquido y dar a la población agua más limpia.
—Esto ha tenido un gran impacto en la disminución de muertes por enfermedades diarréicas agudas, algo que no es perceptible fácilmente, pero a través de los años se puede ver la baja de casos —señaló.
En el caso de enfermedades respiratorias agudas agregó que también hubo una disminución “gracias a las medidas de higiene que se tomaron. De hecho, cuando llegó la vacuna teníamos una disminución importante de casos, el antígeno reforzó la prevención en la aparición de casos nuevos de influenza”, apuntó.
Con la presencia del virus, la autoridad identificó y ratificó los grupos de mayor riesgo, como las personas con enfermedades crónicas que no están bajo control.
—No tenemos una estadística de cuántas personas cambiaron sus hábitos, pero nos damos cuentas por las cifras de casos que hay menos de los esperados. Hay otros factores que inciden en la presencia de infecciones respiratorias, pero estas medidas de prevención ayudaron a que se tenga una mejor comprensión de los problemas —aseguró.
Entre los aspectos frágiles, el doctor Gómez Carro recordó que hubo dificultades para el diagnóstico oportuno, pues no tenían el equipo adecuado, que finalmente se adquirió. Se estableció mejor vigilancia hospitalaria y se crearon unidades centinelas que funcionan en el interior del estado.
De acuerdo con los SSY, este año se han presentado 20 casos confirmados de influenza, el último de ellos en la semana 11.
Desde que empezó la epidemia en Yucatán se han confirmado 3,313 casos. Se empezó a contar desde la semana 17 de 2009.
El máximo pico fue en la semana 26, con 775 casos. Después las cifras bajaron rápidamente. De octubre a la fecha se han tenido menos de 30 casos semanales. Este año ha habido semanas sin casos confirmados del mal.