Dos parejas de turistas nacionales permanecieron durante más de una hora privados de su libertad en un estacionamiento ubicado en el centro meridano.
Los turistas pidieron ayuda a la Policía Municipal desde el interior del estacionamiento debido a que no podían salir con sus vehículos porque el administrador del lugar cerró las rejas. “Control, control, hay unos turistas secuestrados en el estacionamiento”, indicaron a sus superiores. En minutos llegaron numerosas patrullas de la Policía Municipal. Los turistas de Chetumal y Sonora, pidieron ayuda a la policía debido a que no los dejaban salir.
De visita José Pérez, originario de Chetumal, dijo que había traído a unos amigos de Sonora a visitar Mérida, ingresaron al estacionamiento “Lissie Adrián”, ubicado en la calle 59 entre 62 y 64, debido a que se hospedarían en el Reforma para visitar algunos lugares del Centro.
Ingresaron en dos vehículos al estacionamiento. Dieron la vuelta, pero como el acomodador les gritó decidieron retirarse. Permanecieron menos de dos minutos en el estacionamiento.
Sin embargo, cuando iban a salir les cerraron la reja y los retuvieron por la fuerza.
Alvaro Chan, administrador del estacionamiento junto con otros empleados les dijeron que los dejarían salir hasta que pagaran 24 pesos por el estacionamiento de los vehículos, ya que se cobra a 12 pesos la hora.
“Es un robo, ya que ni nos bajamos de los vehículos”, dijo uno de los turistas.
Durante más de una hora estuvieron retenidos en el interior del estacionamiento.
El administrador se hizo de palabras con uno de los turistas y le dio varios empujones. “Estas en mi propiedad y te puedo romper la ma...”, le dijo al turista, al mismo tiempo que lo empujó en presencia de los agentes de la Policía.
Luego de un enfrentamiento verbal, le pagaron al administrador. “Son 50 pesos, tienes que pagar el tiempo hasta de la discusión”. Los vehículos salieron. Cuando se marchaban uno de los empleados del estacionamiento alcanzó la camioneta del turista de Sonora y le pegó un puñetazo en el rostro.
Luego se refugió en el interior del negocio. Comandantes de la Policía dijeron que no podían hacer mucho debido a que es propiedad privada.
“Juro que no vuelvo a Mérida, me dijeron que la gente era pacífica, honrada y buena gente, pero son una bola de rateros.” , indicaron los turistas.
La Policía indicó que notificarían a la subdirección de transporte para que sancione al dueño del establecimiento.
