"Ponga ahí que dos enfermeros guapos buscan trabajo", pidió Hugo Pech Sánchez, a un reportero del Diario.
Hugo y su compañero de fila, Alberto Arquieta Marrufo, pasaron la noche y parte del día de ayer a las puertas del Hospital Regional de Alta Especialidad en espera de conseguir una de las 221 plazas que se ofertan.
Pech Sánchez tiene 30 años, hace 10 que terminó la carrera de Enfermería en el Conalep y desde entonces ha intentado conseguir un trabajo estable en alguna institución pública sin lograrlo.
Es la segunda vez que hace el intento de ingresar al HRAE. Recordó que la vez pasada llegó a las 4 de la mañana y se retiró después de las 8 de la noche.
El joven enfermero opina que la situación en el país es difícil y su profesión es muestra de una juventud que se prepara cada vez más, pero que al salir no encuentra las oportunidades de un trabajo bien remunerado.
"De mi generación son pocos los que tienen un trabajo fijo, hay trabajos particulares, como cuidar enfermos o ancianos, pero duran muy poco y no se cuenta con ninguna prestación", comentó Arquieta Marrufo.
Dijo que otros otros compañeros andan como nómadas por los estados o ciudades donde se abren bolsas de trabajo del IMSS para ver si obtienen una plaza.
-La enfermería es una profesión muy interesante, pero muy poco valorada. Lo más difícil es que a tres años de haber egresado no he conseguido trabajo fijo en una institución, y eso frustra -indicó.
Ayer al mediodía a Hugo y Alberto todavía les faltaba un buen tramo para entregar sus papeles.
Desde las seis de la tarde del lunes 25 a las puertas del Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) empezaron a llegar los interesados en una de las 221 plazas que se ofertarán.
"Leí la convocatoria publicada en el Diario y de inmediato junté mis papeles para sacar mi ficha", dijo Ricardo Domínguez Herrera, aspirante a una plaza de enfermero en el HRAE.
Ricardo llegó a las 11 de la noche del lunes y la fila ya medía varios metros.
La convocatoria de la Secretaría de Salud, para el proceso de selección y contratación temporal de personal interesado en prestar sus servicios profesionales en el Hospital de Altabrisa, atrajo a unos mil interesados, de los que serían contratados 221.
El césped, un cartón, suéteres, bloques, piedras, sillas, bolsas de dormir o la sola acera sirvieron para recostarse o descansar mientras la noche pasaba.
"Gracias a Dios que no llovió", comentó una joven "y que las nubes taparan el Sol" dijo otro.
Fueron preparados
La mayoría de los asistentes ya tenía experiencia de solicitudes pasadas, lo que hizo que fueran preparados con alimentos, bebidas y otros artículos para hacer menos incómoda la espera.
"Como no hay baños cerca evitamos tomar muchos líquidos, pero por la noche se veían las sombras de los varones rumbo al monte que está enfrente, deberían considerar esto las autoridades de salud e instalar unos baños portátiles", indicó una joven enfermera.
A las nueve de la mañana inició la recepción de documentos que tuvo un receso de una hora a las tres de la tarde y se reanudó a las cuatro para terminar a las seis de la tarde.
En su mayoría los interesados eran para el perfil de enfermería en sus diferentes áreas: generales, especialistas en terapia intensiva, quirúrgicas y en terapia pediátrica.
También se ofrecieron puestos para anestesiólogos, cardiólogos, cirujanos, infectólogos, nefrólogos, oncólogos, radiólogos y medicina interna, entre otros.
No faltaron los guardadores de lugares, quienes a la llegada de otras personas poco antes de iniciar la repartición de fichas, les cedían el lugar o les daban espacio para entrar, lo cual molestó a quienes hicieron la espera nocturna.
"Ojalá y las palancas esta vez no sean muchas", dijo un joven que por tercera ocasión intenta entrar al hospital de Altabrisa.
