(5)El remozamiento de "La Pepita", en el mercado Lucas de Gálvez, genera gran cantidad de polvo y contaminación para los comerciantes, transeúntes y trabajadores de la obra.
Locatarios y clientes del centro de abasto señalaron que la reconstrucción debería realizarse en la noche, ya que esta zona es muy transitada y las nubes de polvo que se generan afectan la actividad comercial.
Además, los acomodadores de vehículos se quejan de que hasta el momento el Ayuntamiento de Mérida no les resuelve dónde serán ubicados y tienen que seguir sus actividades en el mismo sitio, con el riesgo de sufrir algún accidente o enfermarse por el exceso de polvo.
El señor Juan Carlos Can Moo, quien vende artículos de importación en la zona, señaló que la polvareda que se levanta por los trabajos hace que tenga que limpiar sus mercancías más de tres veces al día.
Santiago Carrillo España, integrante de la Unión de Cuidadores de Vehículos, informó que antes de entregar las motocicletas que cuidan prácticamente tienen que limpiarlas para no entregarlas llenas de tierra al dueño.
-Hasta el momento el Ayuntamiento no ha dado una respuesta de la reubicación que solicitamos, por lo que seguimos trabajando bajo el polvo- agregó Carrillo.
Informó que desde el pasado 14 de abril la Unión de Vigilantes de Automóviles y Vehículos en General, Similares y Conexos del Estado de Yucatán pidieron que se les permita seguir prestando sus servicios en el lugar, concretamente en la calle 56, en el costado sur de la rampa de acceso al segundo piso del mercado Lucas de Gálvez.
El documento indica que no ve inconveniente de que sigan ofreciendo sus servicios ya que no obstaculizan las maniobras de carga y descarga.
También requieren que mientras se realizan los trabajos de construcción se les reubique para no afectar las labores, sin embargo, hasta la fecha el Ayuntamiento no ha respondido a su petición.
Indicó que llevan 16 años trabajando en esa zona de "La Pepita", sin embargo, antes trabajaron durante muchos años en lo que ahora son Los Portales, en total 45 años de laborar en el área del mercado.
Carrillo España añadió que ya se les dio un nuevo lugar a los taxis y combis de Umán, pero a los cuidacoches no los han querido cambiar aunque se exponen todos los días a que les caiga material de las obras en construcción.
Carlos Magaña Riegos, también cuidador de coches, explicó que las obras llevan cerca de un mes y desde el principio solicitaron su reubicación, pero conforme a un escrito para que tengan como comprobarlo, ya que luego todo queda al aire. "Son siete familias las que dependen de este empleo".
