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Opinión negativa
La razón de ello, explicó, es el aumento en el número de vehículos que circulan en la ciudad y complican el tránsito. Consideró que Mérida estaba atrasada en vialidad, ya que ciudades como Monterrey, Guadalajara y Villahermosa ya contaban con túneles y distribuidores viales para evitar accidentes y embotellamientos.
Entre las glorietas que desaparecerían estaba la de El Pocito, cuya ceiba central sería reubicada con apoyo del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY). Sin embargo, esto último no ocurrió, pues, a raíz de una contrapropuesta de arquitectos, El Pocito fue rediseñado para mejorar su funcionalidad.
Condenadas a muerte
Otras glorietas condenadas a muerte en ese entonces son las de la Xtabay (en la colonia Polígono 108, junto a la Macroplaza), De la Mestiza (Francisco de Montejo), De la Libertad (frente a la Galletera Dondé) y una de forma irregular en plaza Las Américas (colonia Roma).
Contra esa propuesta, un grupo de arquitectos sostuvo que las glorietas actuales no deben desaparecer sino mejorarse y, además, construir 17 más en igual número de puntos conflictivos.
Esos profesionales deploraron que se hayan suprimido glorietas, como la que permaneció mucho tiempo frente al Club Campestre, ya que su funcionalidad mejoraría con sólo rediseñarla.
En ese entonces René Flores Ayora, jefe del Departamento de Transporte Municipal, también se pronunció contra el plan de desaparecer las glorietas. El funcionario consideró un grave error porque esas rotondas son un instrumento vial más efectivo y seguro que el semáforo.
Flores Ayora expuso esa vez que las glorietas sólo tienen ocho puntos de conflicto, y, en cambio, los semáforos cuentan con 18.
Salvan vidas
Sostuvo que una glorieta bien diseñada salva vidas, evita accidentes y reduce la emisión de contaminantes porque en ellas los vehículos permanecen menos tiempo detenidos que frente a los semáforos.
Flores Ayora sigue como titular de Transporte municipal.
Jorge Bolio Osés, actual coordinador técnico Programa de Desarrollo Integral Metropolitano (Pidem) e integrante de la Fundación Plan Estratégico de Mérida, también defiende las glorietas y considera un error construir el paso deprimido.
"En vez de suprimirlas debemos rediseñarlas con altos están dares", indica.
La comezón por copiar a ciudades "más modernas" que tienen túneles y pasos a desnivel, no toman en cuenta argumentos elementales de urbanismo: las glorietas bien diseñadas se autorregulan, funcionan bien y son espacios verdes, con fuentes y monumentos, y evitan accidentes muy graves.
"No debemos rendirnos ante 'Su Majestad' el automóvil, sino desalentar su uso con una pro funda reforma al transporte ur bano de pasajeros"
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