Noticias de Yucatán
(coparmex, nueva directiva)
(coparmex, nueva directiva)
Deberes cuidadanos
Es nuestro dinero
Publicada: 2 marzo 2012
Publicada: 2 marzo 2012
Jorge Caamal Burgos
Primera parte de un extracto del discurso que pronunció el autor en su toma de protesta como presidente de la directiva de Coparmex Mérida:
Los ciudadanos, los empresarios, hemos olvidado que los funcionarios públicos, los gobernantes, los secretarios y directores de los tres niveles de gobierno son empleados del pueblo. Somos nosotros los que los pusimos ahí y son a nosotros a los que deben de rendir cuentas.
Cuántas veces no hemos escuchado cómo los funcionarios de cualquier dependencia se refieren al dinero federal, al dinero estatal, a dinero de recaudación propia, a recursos de libre disposición y en esos enredos burocráticos se olvidan que la única definición válida es: Es el dinero de los ciudadanos, el dinero de nuestros impuestos, el dinero que sale de nuestras carteras.
Y ¿qué hacemos los ciudadanos? ¿Qué está haciendo hoy la sociedad por impedir este desorden? Tristemente nada. Creo que muchos de nosotros hemos caído en el confort de no meternos a opinar, de no exigir nuestros derechos, de no manifestar, al menos en público, lo que pensamos, por temor a represalias. Es precisamente eso lo que como sociedad debemos erradicar. El miedo a la participación, a decir lo que pensamos.
¿Qué pensamos de la actuación reciente de este gobierno estatal?
Me quiero detener y solo brevemente, para hacer una evaluación desde la óptica de Coparmex del gobierno estatal que está por concluir y enfocándonos especialmente al manejo de los recursos económicos, que mencionaba al principio, y que estos últimos años han sido cantidades considerablemente mayores de las que dispusieron gestiones de sexenios anteriores.
Para tener una idea, el presupuesto programado (ley de ingresos) para el último año del sexenio anterior, el 2007, fue de aproximadamente de 14 mil millones de pesos.
El presupuesto aprobado para este año 2012, según el Diario Oficial, será de poco más de 27,000 millones de pesos, casi el doble en sólo 5 años y todos se preguntan a dónde se ha ido tanto dinero. ¿Cuál fue la necesidad de contratar multimillonarios créditos que, se ha demostrado, no se requerían? ¿Por qué hoy vemos la construcción de un museo que, si bien es necesario en Yucatán, éste se construye con una opulencia y exceso de dinero que pudieran aplicarse en terminar o construir nuevos hospitales o escuelas? ¿Por qué tanto atraso en el pago a los proveedores?
Creo que la ciudadanía debe de percibir de su gobierno que está recibiendo servicios públicos de calidad, seguridad para sus familias y en su patrimonio, justicia pronta y expedita, salud y educación de calidad para sus hijos, trabajo seguro. Y evidentemente no le puede interesar si el funcionario pagó la factura correcta, o si se excedió en sus gastos. Bajo esta óptica, la honestidad es un tema no negociable en cada servidor público.
Resulta relevante mencionar que Yucatán sigue siendo un lugar seguro. Hoy contamos con cuerpos policíacos y fuerzas comprometidas con la ciudadanía. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Ellos están haciendo su trabajo y lo están haciendo bien. Se pueden cometer errores, hay que reconocerlos, actuar en consecuencia y seguir adelante con el trabajo logrado.
Ahora nos toca también a nosotros hacer de nuestra parte. De nosotros depende, hoy más que nunca, que la delincuencia no penetre nuestra sociedad; que vigilemos el actuar de nuestros hijos para evitar que el consumo excesivo de alcohol propicie que aumente el consumo de drogas. La familia se constituye como el eje articulador y requiere de políticas públicas para su fortalecimiento. Buenas familias son la semilla de buenos ciudadanos.
¿Qué pensamos de la actuación del gobierno municipal?
De igual manera, hoy tenemos a la que fue nuestra autoridad municipal, buscando otro puesto público y, de manera consecutiva, volvió a incumplir su promesa de concluir su mandato. ¿A qué se va a comprometer ahora? Pero, al igual que el gobierno del estado, la pregunta es ¿cómo deja las finanzas municipales y todos los proyectos y programas que se quedaron a medias y sin cumplir? ¿Por qué empeñó en realizar obras sin el consenso de la ciudadanía que fue reprimida a golpes? ¿Por qué un concierto que dejó más dudas que beneficios? ¿Por qué el gobierno municipal, al igual que el estatal, se endeudó sin justificación?
Y ¿los legisladores federales? Y ¿los estatales?
¿Cuál es el balance nuevamente de tantas y tantas promesas de legislar en favor del bienestar de los ciudadanos? ¿Qué ha pasado con las reformas estructurales que hemos solicitado, exigido de mil maneras? Reformas que urgían hace más de 15 años y hoy siguen en la congeladora cuando Coparmex ha estado haciendo propuesta tras propuesta. ¿Saben los legisladores federales que le quedaron a deber a Yucatán y a México? ¿Saben ustedes que ya hoy están en busca de nuevos puestos políticos?
Nuestros legisladores estatales, ¿han legislado en favor del pueblo de Yucatán? ¿Han revisado a conciencia los informes de gastos, los informes de gobierno, las iniciativas de ley de ingresos y egresos de cada año? ¿O sólo han actuado en función de sus propios intereses o de sus partidos?
Los resultados obtenidos no nos desmienten.
Ahora estamos nuevamente en campañas electorales. Hoy vemos las caras de las mismas personas pidiendo el voto para un nuevo puesto de elección popular.
Ahora que han comenzado las campañas, la clase política está volcada en actividades de proselitismo o buscando su lugar en el próximo trienio o sexenio. Los ciudadanos debemos hacer nuestra parte, comenzando por conocer, analizar y ponderar las opciones disponibles, desde ahora.
Hoy, nuestro Estado necesita gobernantes reformadores, pero no sólo como promotores de los cambios que urgen, sino como ejecutores de los mismos, dispuestos a superar, en el ámbito de sus competencias y facultades, todas las resistencias y dificultades que implican una transformación.
De todos los partidos escucharemos nuevamente una retahíla de promesas de: el ahora sí, el hoy si te vamos a cumplir.
Las plataformas y programas de gobierno son fundamentales, pero hay que evaluar el perfil y la capacidad de los candidatos para hacer efectivo lo que ofrecen. Diseñar planes y posicionarlos es sólo el inicio; lo difícil es llevarlos al cabo y rendir cuentas. Los yucatecos estamos cansados de promesas incumplidas.
Se requiere además de reformas estructurales para el crecimiento en diferentes ámbitos: en lo político, fiscal, telecomunicaciones, laboral, en la mejora regulatoria y el combate a la informalidad para propiciar una competencia justa.
Necesitamos que los empresarios y la sociedad que apoyarán a sus candidatos o candidatas, lo hagan porque crean en su plataforma, en sus ideales, en su honestidad y, por todos estos principios, logren ser el gobernante que todos queremos.
Aquí frente a nosotros están reunidos los que en unos meses más estarán al frente de los gobiernos estatal y municipal. Y qué mejor oportunidad ésta, para decirles de frente lo que esperamos de ellos, lo que debemos exigir como futuros administradores de nuestro estado. De los futuros apoderados con la firma y representación de toda la sociedad. De los futuros directores generales de nuestra gran empresa que es Yucatán, que es Mérida.
Por tanto, en estos momentos, la participación ciudadana informada y reflexiva es esencial para que sean los mejores hombres y mujeres disponibles los que gobiernen. Gente capaz de renovar el ánimo y la voluntad; con visión y vocación de futuro, con realismo, pero sobre todo, con honestidad
Los ciudadanos, los empresarios, hemos olvidado que los funcionarios públicos, los gobernantes, los secretarios y directores de los tres niveles de gobierno son empleados del pueblo. Somos nosotros los que los pusimos ahí y son a nosotros a los que deben de rendir cuentas.
Cuántas veces no hemos escuchado cómo los funcionarios de cualquier dependencia se refieren al dinero federal, al dinero estatal, a dinero de recaudación propia, a recursos de libre disposición y en esos enredos burocráticos se olvidan que la única definición válida es: Es el dinero de los ciudadanos, el dinero de nuestros impuestos, el dinero que sale de nuestras carteras.
Y ¿qué hacemos los ciudadanos? ¿Qué está haciendo hoy la sociedad por impedir este desorden? Tristemente nada. Creo que muchos de nosotros hemos caído en el confort de no meternos a opinar, de no exigir nuestros derechos, de no manifestar, al menos en público, lo que pensamos, por temor a represalias. Es precisamente eso lo que como sociedad debemos erradicar. El miedo a la participación, a decir lo que pensamos.
¿Qué pensamos de la actuación reciente de este gobierno estatal?
Me quiero detener y solo brevemente, para hacer una evaluación desde la óptica de Coparmex del gobierno estatal que está por concluir y enfocándonos especialmente al manejo de los recursos económicos, que mencionaba al principio, y que estos últimos años han sido cantidades considerablemente mayores de las que dispusieron gestiones de sexenios anteriores.
Para tener una idea, el presupuesto programado (ley de ingresos) para el último año del sexenio anterior, el 2007, fue de aproximadamente de 14 mil millones de pesos.
El presupuesto aprobado para este año 2012, según el Diario Oficial, será de poco más de 27,000 millones de pesos, casi el doble en sólo 5 años y todos se preguntan a dónde se ha ido tanto dinero. ¿Cuál fue la necesidad de contratar multimillonarios créditos que, se ha demostrado, no se requerían? ¿Por qué hoy vemos la construcción de un museo que, si bien es necesario en Yucatán, éste se construye con una opulencia y exceso de dinero que pudieran aplicarse en terminar o construir nuevos hospitales o escuelas? ¿Por qué tanto atraso en el pago a los proveedores?
Creo que la ciudadanía debe de percibir de su gobierno que está recibiendo servicios públicos de calidad, seguridad para sus familias y en su patrimonio, justicia pronta y expedita, salud y educación de calidad para sus hijos, trabajo seguro. Y evidentemente no le puede interesar si el funcionario pagó la factura correcta, o si se excedió en sus gastos. Bajo esta óptica, la honestidad es un tema no negociable en cada servidor público.
Resulta relevante mencionar que Yucatán sigue siendo un lugar seguro. Hoy contamos con cuerpos policíacos y fuerzas comprometidas con la ciudadanía. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Ellos están haciendo su trabajo y lo están haciendo bien. Se pueden cometer errores, hay que reconocerlos, actuar en consecuencia y seguir adelante con el trabajo logrado.
Ahora nos toca también a nosotros hacer de nuestra parte. De nosotros depende, hoy más que nunca, que la delincuencia no penetre nuestra sociedad; que vigilemos el actuar de nuestros hijos para evitar que el consumo excesivo de alcohol propicie que aumente el consumo de drogas. La familia se constituye como el eje articulador y requiere de políticas públicas para su fortalecimiento. Buenas familias son la semilla de buenos ciudadanos.
¿Qué pensamos de la actuación del gobierno municipal?
De igual manera, hoy tenemos a la que fue nuestra autoridad municipal, buscando otro puesto público y, de manera consecutiva, volvió a incumplir su promesa de concluir su mandato. ¿A qué se va a comprometer ahora? Pero, al igual que el gobierno del estado, la pregunta es ¿cómo deja las finanzas municipales y todos los proyectos y programas que se quedaron a medias y sin cumplir? ¿Por qué empeñó en realizar obras sin el consenso de la ciudadanía que fue reprimida a golpes? ¿Por qué un concierto que dejó más dudas que beneficios? ¿Por qué el gobierno municipal, al igual que el estatal, se endeudó sin justificación?
Y ¿los legisladores federales? Y ¿los estatales?
¿Cuál es el balance nuevamente de tantas y tantas promesas de legislar en favor del bienestar de los ciudadanos? ¿Qué ha pasado con las reformas estructurales que hemos solicitado, exigido de mil maneras? Reformas que urgían hace más de 15 años y hoy siguen en la congeladora cuando Coparmex ha estado haciendo propuesta tras propuesta. ¿Saben los legisladores federales que le quedaron a deber a Yucatán y a México? ¿Saben ustedes que ya hoy están en busca de nuevos puestos políticos?
Nuestros legisladores estatales, ¿han legislado en favor del pueblo de Yucatán? ¿Han revisado a conciencia los informes de gastos, los informes de gobierno, las iniciativas de ley de ingresos y egresos de cada año? ¿O sólo han actuado en función de sus propios intereses o de sus partidos?
Los resultados obtenidos no nos desmienten.
Ahora estamos nuevamente en campañas electorales. Hoy vemos las caras de las mismas personas pidiendo el voto para un nuevo puesto de elección popular.
Ahora que han comenzado las campañas, la clase política está volcada en actividades de proselitismo o buscando su lugar en el próximo trienio o sexenio. Los ciudadanos debemos hacer nuestra parte, comenzando por conocer, analizar y ponderar las opciones disponibles, desde ahora.
Hoy, nuestro Estado necesita gobernantes reformadores, pero no sólo como promotores de los cambios que urgen, sino como ejecutores de los mismos, dispuestos a superar, en el ámbito de sus competencias y facultades, todas las resistencias y dificultades que implican una transformación.
De todos los partidos escucharemos nuevamente una retahíla de promesas de: el ahora sí, el hoy si te vamos a cumplir.
Las plataformas y programas de gobierno son fundamentales, pero hay que evaluar el perfil y la capacidad de los candidatos para hacer efectivo lo que ofrecen. Diseñar planes y posicionarlos es sólo el inicio; lo difícil es llevarlos al cabo y rendir cuentas. Los yucatecos estamos cansados de promesas incumplidas.
Se requiere además de reformas estructurales para el crecimiento en diferentes ámbitos: en lo político, fiscal, telecomunicaciones, laboral, en la mejora regulatoria y el combate a la informalidad para propiciar una competencia justa.
Necesitamos que los empresarios y la sociedad que apoyarán a sus candidatos o candidatas, lo hagan porque crean en su plataforma, en sus ideales, en su honestidad y, por todos estos principios, logren ser el gobernante que todos queremos.
Aquí frente a nosotros están reunidos los que en unos meses más estarán al frente de los gobiernos estatal y municipal. Y qué mejor oportunidad ésta, para decirles de frente lo que esperamos de ellos, lo que debemos exigir como futuros administradores de nuestro estado. De los futuros apoderados con la firma y representación de toda la sociedad. De los futuros directores generales de nuestra gran empresa que es Yucatán, que es Mérida.
Por tanto, en estos momentos, la participación ciudadana informada y reflexiva es esencial para que sean los mejores hombres y mujeres disponibles los que gobiernen. Gente capaz de renovar el ánimo y la voluntad; con visión y vocación de futuro, con realismo, pero sobre todo, con honestidad