Noticias de Yucatán
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Tema: Servicios públicos
Su contenido de mercurio es muy contaminante
Publicada: 16 abril 2012
Publicada: 16 abril 2012
Cuando la alcaldesa con licencia Angélica Araujo Lara propuso el cambio de las lámparas de vapor de sodio por la de inducción magnética esgrimió como uno de sus principales argumentos que estas lámparas consumen menos energía, por lo que ayudarían a disminuir la contaminación ambiental al reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, según el Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Yucatán (Cimey), con la colocación de las nuevas lámparas esto no sólo no ocurre, sino que se ocasiona otro problema no previsto por los funcionarios del Ayuntamiento: la presencia de mercurio, un metal tóxico, entre los componentes de las lámparas de inducción magnética.
"La Comuna no tiene en este momento un proceso de recuperación de mercurio. Sus funcionarios ni siquiera tocan el tema", dice Jorge García Valladares, presidente del Cimey. "Entonces la pregunta es: ¿Qué hacen con las lámparas de inducción que ya no sirven?, ¿las tiran a la basura? Por un lado hablan de reducir la contaminación y por otro la propician en forma alarmante y peligrosa".
El directivo señala que, por si fuera poco, las nuevas lámparas pueden ocasionar otros daños a la salud debido a los efectos de la llamada "luz azul" emitida por estos aparatos, y que se parece mucho a la luz solar.
Las personas con un poste y una lámpara de inducción magnética enfrente de su casa -emitiendo un chorro de luz de arriba hacia abajo- pueden tener dificultades para conciliar el sueño, aunque pongan cortinas en sus ventanas, dice García Valladares, ya que la "luz azul" propicia que el cerebro perciba que es de día, cuando en realidad no lo es.
Este tipo de luz altera el ciclo biológico de los hombres y de la fauna nocturna de la ciudad y de los alrededores. En casos extremos, añade García, esta luz ocasiona problemas para la producción de melatonina, una sustancia indispensable en el sistema inmunológico. (Continuará).- H.C.C.
Sin embargo, según el Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Yucatán (Cimey), con la colocación de las nuevas lámparas esto no sólo no ocurre, sino que se ocasiona otro problema no previsto por los funcionarios del Ayuntamiento: la presencia de mercurio, un metal tóxico, entre los componentes de las lámparas de inducción magnética.
"La Comuna no tiene en este momento un proceso de recuperación de mercurio. Sus funcionarios ni siquiera tocan el tema", dice Jorge García Valladares, presidente del Cimey. "Entonces la pregunta es: ¿Qué hacen con las lámparas de inducción que ya no sirven?, ¿las tiran a la basura? Por un lado hablan de reducir la contaminación y por otro la propician en forma alarmante y peligrosa".
El directivo señala que, por si fuera poco, las nuevas lámparas pueden ocasionar otros daños a la salud debido a los efectos de la llamada "luz azul" emitida por estos aparatos, y que se parece mucho a la luz solar.
Las personas con un poste y una lámpara de inducción magnética enfrente de su casa -emitiendo un chorro de luz de arriba hacia abajo- pueden tener dificultades para conciliar el sueño, aunque pongan cortinas en sus ventanas, dice García Valladares, ya que la "luz azul" propicia que el cerebro perciba que es de día, cuando en realidad no lo es.
Este tipo de luz altera el ciclo biológico de los hombres y de la fauna nocturna de la ciudad y de los alrededores. En casos extremos, añade García, esta luz ocasiona problemas para la producción de melatonina, una sustancia indispensable en el sistema inmunológico. (Continuará).- H.C.C.
Tema: Servicios públicos
En contexto:
El caso Lámparas
Arrecian las críticas
El cambio de las lámparas del alumbrado público de Mérida ha sido motivo de graves señalamientos en los últimos días del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Yucatán. Primero, este organismo documentó que la colocación de las lámparas de inducción magnética, en lugar de las de vapor de sodio, va contra la norma establecida y por eso la ciudad corre el riesgo de que en cualquier momento la Comisión Federal de Electricidad le "corte" la luz.
Ayer, el Colegio demostró que las nuevas luminarias disminuyen el nivel de iluminación de la ciudad, en lugar de aumentarlo un 20 por ciento, como prometió la alcaldesa con licencia, la arquitecta Angélica Araujo Lara, hoy candidata del PRI al Senado.
Arrecian las críticas
El cambio de las lámparas del alumbrado público de Mérida ha sido motivo de graves señalamientos en los últimos días del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Yucatán. Primero, este organismo documentó que la colocación de las lámparas de inducción magnética, en lugar de las de vapor de sodio, va contra la norma establecida y por eso la ciudad corre el riesgo de que en cualquier momento la Comisión Federal de Electricidad le "corte" la luz.
Ayer, el Colegio demostró que las nuevas luminarias disminuyen el nivel de iluminación de la ciudad, en lugar de aumentarlo un 20 por ciento, como prometió la alcaldesa con licencia, la arquitecta Angélica Araujo Lara, hoy candidata del PRI al Senado.
Advertencia de expertos sobre el alumbrado público de Mérida
Todos expuestos a un baño de ondas electromagnéticas
Publicada: 16 abril 2012
Todos expuestos a un baño de ondas electromagnéticas
Publicada: 16 abril 2012
"Lámparas cancerígenas"
A las denuncias de falta de transparencia en el manejo financiero del proyecto, de infracciones a normas oficiales mexicanas y de hacer caso omiso a las advertencias de los expertos ahora se suma la voz de alerta de que las lámparas que puso el Ayuntamiento en el alumbrado público pueden ser relacionadas con causas de cáncer.
Las 82,000 lámparas de inducción magnética colocadas por la Comuna de Mérida son potencialmente cancerígenas, advierte el presidente del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Yucatán (Cimey), Jorge García Valladares.
Esto se debe, dice el experto, a que funcionan a partir de ondas electromagnéticas, cuya emisión debe regularse y protegerse para no causar daños a la salud.
Según el directivo, estas lámparas funcionan igual que un horno de microondas, sólo que aquí no hay protección: "tenemos un baño de ondas electromagnéticas por toda la ciudad".
La radiación electromagnética, añade, se puede medir y es potencialmente peligrosa. "Los países que usan lámparas de inducción en el alumbrado les ponen a éstas un blindaje para impedir la propagación de las ondas electromagnéticas, pero eso no sucede en Mérida".
Como hemos informado, el Ayuntamiento cambió las lámparas de vapor de sodio del alumbrado por otras de inducción, sin justificación técnica y económica.
A las denuncias de falta de transparencia en el manejo financiero del proyecto, de infracciones a normas oficiales mexicanas y de hacer caso omiso a las advertencias de los expertos ahora se suma la voz de alerta de que las lámparas que puso el Ayuntamiento en el alumbrado público pueden ser relacionadas con causas de cáncer.
Las 82,000 lámparas de inducción magnética colocadas por la Comuna de Mérida son potencialmente cancerígenas, advierte el presidente del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Yucatán (Cimey), Jorge García Valladares.
Esto se debe, dice el experto, a que funcionan a partir de ondas electromagnéticas, cuya emisión debe regularse y protegerse para no causar daños a la salud.
Según el directivo, estas lámparas funcionan igual que un horno de microondas, sólo que aquí no hay protección: "tenemos un baño de ondas electromagnéticas por toda la ciudad".
La radiación electromagnética, añade, se puede medir y es potencialmente peligrosa. "Los países que usan lámparas de inducción en el alumbrado les ponen a éstas un blindaje para impedir la propagación de las ondas electromagnéticas, pero eso no sucede en Mérida".
Como hemos informado, el Ayuntamiento cambió las lámparas de vapor de sodio del alumbrado por otras de inducción, sin justificación técnica y económica.