Misterios de la hacienda maldita

14 septiembre 2013
Noticias de Yucatán ()

La casa embrujada de Cholul, sitio de ánimas y leyendas


Lo menos importante es saber si lo que se dice es verdad o es mentira. Las historias de terror de Cancabchén Casares, la famosa hacienda embrujada de Cholul, son fascinantes, tan macabras y escalofriantes como las prodigiosas pesadillas de Allan Poe o H.P. Lovecraft.
Escondida entre la maleza, la hacienda maldita acecha desde la orilla de un estrecho camino que une a las comisarías de Cholul y Sitpach. Sus ruinas, ennegrecidas por el abandono y el paso del tiempo, poseen un aire espectral, oscuro, que intimida y obliga a pensar que lo que se dice sobre ella es cierto.
Se cuenta que hace muchos años, cuando la finca lucía en plenitud su hermoso estilo colonial europeo, con escalinatas de mármol, bellas ornamentaciones, muebles y acabados de lujo, el dueño, un hombre déspota y despiadado, fue muerto a machetazos por los enardecidos peones, que estaban cansados de tanto maltrato.
El horror vino después, cuando, al recoger el cadáver, los sirvientes descubrieron que el amo tenía la cola del diablo.
Los trabajadores abandonaron la hacienda, que desde entonces, se dice, fue poseída por el espectro del hacendado. Con el paso de los años se acumulan las historias. Personas que se atrevieron a entrar hablan de experiencias escalofriantes, de presencias invisibles, aseguran que es posible oír llantos y gritos de seres fantasmales.
Tal vez las espeluznantes narraciones tejidas a su alrededor no sean del todo ciertas, pero sí es verdad que para los practicantes del oscurantismo la hacienda es hogar de espíritus infernales, por lo que hasta hace algunos años la usaban para realizar ritos diabólicos y hechicerías. En sus paredes aún se pueden ver símbolos satánicos y en el piso está dibujado un pentagrama invertido, entrada al reino de las tinieblas.
Actividad paranormal
También es verdad que Cancabchén Casares es frecuentada por investigadores y amantes de lo paranormal, que han reportado actividad extraña, y que en los últimos años ha sido escenario de dos crímenes espantosos.
Hoy no es fácil entrar a la hacienda. Alambre de púas rodea la propiedad y espesa vegetación cubre por completo el camino de acceso.
Sin embargo, a orillas de la carretera, su tenebrosa presencia, perturbadoramente solitaria, lleva a imaginar que, sin importarles que la gente crea o no en su existencia, los fantasmas de las almas en pena siguen rondando por allí…- MSDY
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