Queda aún mucha tarea por hacer en derechos humanos

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Zonas de penumbra

dadanos más vulnerables, Jorge Victoria Maldonado dice sentirse plenamente satisfecho de su larga gestión de nueve años al frente del organismo.

Al ombudsman estatal no le cabe la menor duda de que durante su administración, que está cerca de concluir, la Codhey ha logrado ampliar y mejorar la protección y respeto de las garantías universales.

Habla con aplomo, sin titubeos ni frases truncas. Dice que el balance que arrojan estos nueve años es positivo y señala como uno de los mayores logros haber logrado que las autoridades tengan claro que velar por los derechos humanos no es una concesión, sino un mandato constitucional. “Será muy importante que quien venga en mi lugar le dé continuidad al trabajo”.

Victoria insiste en que pese a que organizaciones civiles le cargan muchas culpas, los avances en la promoción y defensa de las garantías individuales son evidentes, lo que queda refrendado, dice, en el compromiso de los tres poderes del Estado con los trabajos de elaboración del Programa Estatal de Derechos Humanos, un plan alineado con un proyecto nacional de largo aliento que busca transitar del reconocimiento de los derechos fundamentales a una política de Estado que garantice en la práctica su efectivo cumplimiento.

Muchos pendientes

Yucatán ha logrado un sistema sólido y creíble de derechos humanos, presume de nuevo, pero cuando se le pregunta por irregularidades específicas admite que quedan muchas y crecientes zonas de penumbra: la tortura es todavía una práctica sistemática de las corporaciones policíacas, hay indicios de que en las cárceles municipales se somete a los detenidos a tratos crueles, inhumanos, denigrantes, y siguen lloviendo las quejas en la comisión por detenciones arbitrarias…

De la tortura, dice que en Yucatán es un tema muy rezagado. La Ley para Prevenir y Sancionar la Tortura fue en su momento un ejercicio interesante, pero no ha sido actualizada y quedó obsoleta. “Es urgente modificar la legislación, crear un órgano que establezca la responsabilidad de los funcionarios públicos y los pasos que se deben seguir para investigar y sobre todo sancionar la tortura, porque con la legislación vigente se pierde más de lo que se gana”.

Acepta que existe un problema grave con las cárceles municipales, con la condición en que viven y el trato que reciben los encarcelados y apunta que es otro pendiente que las próximas autoridades de la Codhey deberán tener en cuenta. “La cárcel municipal no tiene por qué ser un hotel de cinco estrellas, pero sí un sitio en que se respete la dignidad de la persona: debe contar con iluminación adecuada, con servicios sanitarios, con lo necesario para que los detenidos cumplan su arresto, porque hay que recordar que no es una prisión, sino un lugar en el que se encierra a quien incurre en faltas administrativas”.

Detenciones ilegales

El ombudsman también reconoce que persisten prácticas incompatibles con los derechos humanos en los ámbitos de la seguridad y de la procuración de justicia. “Las detenciones arbitrarias son un grave problema. En ese sentido, en el nuevo procedimiento penal las policías juegan un papel fundamental para garantizar el respeto de las garantías de quienes se presume están involucrados en un ilícito”.

“No hay que dejar pasar las violaciones de los derechos humanos de los detenidos. Es otra tarea pendiente porque se trata de un asunto reciente, ya que Yucatán está estrenando un nuevo sistema de justicia. El campo de trabajo en derechos humanos es sumamente amplio y hay que abordarlo desde el compromiso y la responsabilidad de las instituciones involucradas”, concluye..— Mario S. Durán Yabur

La Codhey en cifras

Números relacionados con el quehacer de la Codhey

312

quejas recibió la oficina de la Codhey en Mérida en 2014, según el organismo.

205

de ese total (el 65.7%) fueron por detención arbitaria y 25 por retención ilegal.

132

denuncias fueron contra la Secretaría de Seguridad Pública, que fue la autoridad más acusada.

49

fueron contra la Fiscalía General del Estado, refieren los números de la Codhey.

54

denuncias fueron presentadas en la delegación Tekax ese mismo año. 34 por detención arbitraria.

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Cuestión de enfoques

El trabajo de ombudsman “no es fácil”

Durante los nueve años como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey), Jorge Victoria Maldonado ha sido constantemente cuestionado. Se le acusa de estar demasiado cerca de las autoridades, de ser bastante permisivo con ellas.

El ombudsman se defiende: “Creo que se trata de un asunto de apreciación. La Codhey está pendiente de la actuación de las autoridades y las autoridades respetan nuestro trabajo, es decir, hay coordinación y una relación de respeto, lo que a veces se interpreta mal. De quienes verdaderamente estamos cerca es de los ciudadanos, estamos enfocados a dar una respuesta puntual a quienes nos presentan una queja”.

Han sido nueve años de grandes satisfacciones, pero eso no significa que el trabajo haya sido sencillo, aclara. “Es como la actuación del árbitro en el fútbol, que nunca deja contentos a todos. Pero lo importante es que la comisión exista, que se respete y funcione”.

Sobre su relación con las ONG defensoras de los derechos humanos, reconoce que “no es fácil”, pero es de respeto.

Es un problema de entendimiento, continúa, porque evidentemente tienen una postura diferente.

“Son organizaciones no gubernamentales, nosotros somos institución pública, ellas no tienen un marco jurídico que las rija, la comisión no puede traspasar lo que la ley le marca como obligatorio. Quisieran a veces que actuáramos más como una defensoría tipo ONG, pero para eso habría que cambiar la ley”.

Aunque admite que ha pasado por muchos momentos difíciles, no guarda en la memoria ninguno en particular –no menciona siquiera la agresión del 4 de julio de 2012, el caso más sonado de violación de derechos humanos en Yucatán en los últimos años-, pues dice, forman parte del funcionamiento de una institución tan compleja como lo es la Codhey. “Pero cuando tiene uno el apoyo y la presencia de organizaciones de la sociedad civil y e cuenta con el profesionalismo de un equipo de trabajo que siempre da su mejor esfuerzo, cualquier reto se puede afrontar. No es fácil la función de defensor de los derechos humanos, ni aquí ni en ninguna parte”, concluye el ombudsman estatal.

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