Ahora el ultimátum es para la Comuna: obligada a poner en orden a Pamplona

29 septiembre 2015
Noticias de Yucatán



Ya pasaron 17 días desde el Ayuntamiento conminó a Pamplona con un ultimátum para que justificara de manera detallada, en un plazo de tres días, los motivos por los cuales ha dejado de hacer su trabajo de manera uniforme, regular y continua.

Ya pasaron 14 días desde que Pamplona respondió en un escrito que no tenía nada que justificar porque su servicio los prestaba de manera "profesional".

Ya pasaron muchos años que Pamplona no ha sabido cumplir a los ciudadanos y cuyos empleados se la han pasado extorsionándolos  con sus peticiones de "propina" o para los "chescos", situación que se ha agravado en los últimos meses.

El servicio "profesional" de Pamplona ha generado más de 4,600 quejas "profesionales" de usuarios que se han quedado con su basura a las puertas de su casa durante semanas enteras.

Según cifras de la Comuna Pamplona tiene 10 camiones para atender a 65,688 usuarios, pero de esos vehículos dos están fuera de servicio; es decir, con sólo 8 camiones pretenden atender a esa cantidad de clientes.

Una simple operación matemática nos arroja que Pamplona pretende atender por cada camión 8,211 clientes, cuando por vehículo deberían entre 3,500 y 4,000, como ocurre con las demás empresas recolectoras.

¿Hace cuántos años que Pamplona trabaja bajo estas condiciones de no poder dar un buen servicio no sólo por la falta de camiones, sino también por la falta de capacitación de sus empleados y más que nada por falta de vergüenza? Saben de antemano que con tan pocos camiones, ya bastante destartalados no pueden atender eficientemente a tantos clientes, y aún así quieren mantener su mina de oro en detrimento de miles de usuarios.

Pareciera que el "ultimátum" fue para asustar a Pamplona "con el petate del muerto".

Hoy la nueva administración habla de una Mérida, Ciudad Blanca, pero con un sistema de recolección de los peores que puedan existir en todo el planeta. Mérida no merece estar sucia por culpa de un grupo de irresponsables.

Con la respuesta cínica de Pamplona la bolita quedó nuevamente en el campo del Ayuntamiento. Ahora el ultimátum es para la Comuna, porque a esta autoridad le corresponde aplicar, a la voz de ya, las normas municipales que prevén la modificación de la concesión, tal y como lo anunciaron.

Los ciudadanos esperan soluciones efectivas.
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