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Por presunto fraude de más de 15 millones de pesos hacia su ex gerente, José Wilberth Avila Fernández, la sucursal de la empresa Chrysler en Chetumal fue demandada ante el Ministerio Público (MP).
El denunciante prestó sus servicios por más de 22 años, período en el cual la citada empresa obtuvo utilidades por aproximadamente 150 millones de pesos y no repartió la parte proporcional a los trabajadores.
Los hechos quedaron asentados en la Carpeta de Investigación ATP/CHE/01/03262/10-2015, interpuesta ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ) el pasado 02 de octubre.
El promovente de la denuncia indicó que la empresa Chetumal Automotores S.A. de C.V., que maneja la razón social Chrysler Chetumal, simuló un acto jurídico al sub contratar a una empresa outsoursing denominada Profesionales en Consultoría Administrativa S.A. de C.V. en forma paralela a la empresa máter “Chetumal Automotores S.A. de C.V.”.
Señaló que en noviembre de 1992 fue contratado por “Chetumal Automotores S.A. de C.V.” como gerente de la agencia Chrysler de Chetumal, fecha en la que se le entregó un nombramiento, debidamente notariado, que lo acreditaba como tal.
En el 2014 fue despedido pero su nombramiento aún estaba vigente y procedió ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, y la queja fue asentada en el expediente DI 77-2014, pues consideró que la empresa al despedirlo no le otorgó la liquidación que le correspondía conforme a la Ley.
En cuanto la empresa se acreditó como tal y los representantes legales hicieron entrega de las actas constitutivas de cada una de las compañías, se percató de que en ambas empresas figuraban en determinados momentos y al mismo tiempo dos socios específicos, siendo presididos por Mario Ernesto Cervera Ortiz y Claudia Marielle Cervera Casares, presidente y secretaria del Consejo de Chetumal Automotores S.A. de C.V.
El presunto agraviado señaló que en la revisión de los documentos corroboró que empresa la outsoursing era la que realmente les pagaba a los trabajadores, y que astutamente la “Chetumal Automotores S.A. de C.V.”, que es la que tiene utilidades pues tiene a su nombre todas las unidades, refacciones y todos los bienes en general, no tenía compromiso alguno con él.
Allí se percató de que al ser la única persona contratada legalmente por Chetumal Automotores S.A. de C.V., era el único trabajador oficial de dicha compañía, y que durante los 22 años que estuvo como gerente no recibió las utilidades que por Ley le correspondían, pues únicamente le daban mil 500 pesos de utilidades, pues según la empresa Profesionales en Consultoría Administrativa S.A. de C.V. no recibía mayores beneficios.
Por lo anterior interpuso una denuncia en contra de los representantes legales de la empresa y en contra de todos los socios que figuran en las actas constitutivas