Misófonos: sensibles a los ruidos más leves

06 enero 2016
Oír mascar a otra persona, carraspear o incluso respirar. También el sonido de la lluvia al caer, las voces de niños, el “click” de un bolígrafo o el golpeteo de dedos sobre una mesa son algunos sonidos del día a día que irritan enormemente a quienes sufren misofonía, hasta el punto de ocasionarles altos niveles de ansiedad, disgusto, ira extrema y miedo.
“Afecta de forma diferente a cada persona pero, en la mayoría de los casos, los sonidos que más molestan son los de otra gente comiendo o respirando”, contó a BBC Mundo Guy Fitzmaurice, fundador y director de Misophonia UK.
Fitzmaurice sufre el trastorno desde los 10 años, aunque en ese momento no sabía que lo tenía. Sólo sentía que “le molestaban los ruidos” que hacían otras personas.
“Las reacciones suelen ser enfado, rabia y ataques de pánico”, asegura.
Misofonía significa, literalmente, “odio al sonido” y también se conoce como Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido, cuando esta hipersensibilidad responde solamente a sonidos por debajo de una conversación normal (de entre 40 y 50 decibelios).
A continuación algunos datos que ayudan a identificar si se padece la fobia.
Los síntomas suelen presentarse entre los 10 y los 12 años.
Los sonidos más molestos son los que se hacen al respirar y comer.
Resulta más irritante cuanto más cercana al afectado es la persona que produce el ruido.
La reacción más frecuente es la rabia extrema.
Ciertas organizaciones sugieren la aplicación de terapias cognitivas o cognitivo-conductuales, que intentar comprender cómo se siente el individuo y cómo le afecta esta enfermedad.
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