Noticias de Yucatán
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Durante la presentación del libro “Percepciones, pobreza, desigualdad” en el Senado, Sara María Ochoa León, su coautora, destacó que seis de cada 10 mexicanos consideraron que los programas sociales acostumbran a las personas a no trabajar.
El libro es parte de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales”, de la UNAM, que se presentó en el Senado de la República como parte de los festejos del Centenario de la Constitución de 1917. El documento expone los resultados de la Encuesta Nacional de Pobreza.
De acuerdo con la especialista, en lo relativo al trabajo y percepciones de bienestar y pobreza y política social, los mexicanos consideraron que tener mejores salarios y más empleos es la forma de acabar con la pobreza.
Sara María Ochoa señaló que 64.5 por ciento de los mexicanos están satisfechos o muy satisfechos con su trabajo, lo cual llama la atención porque en la misma muestra se encontró que hay una alta precariedad laboral, alta informalidad, bajos salarios, presencia de trabajo no permanente y a tiempo parcial.
Asimismo, destacó que contrario a dicha satisfacción, se encontró que los mexicanos no están muy satisfechos con los ingresos que reciben.
Israel Manuel Banegas González, también coautor, reveló que los mexicanos, a nivel nacional y sin diferencia por estrato económico, edad, género consideraron que ser pobre extremo es la falta de recursos para salir adelante y no tener para comer.
Sobre la pobreza en general, añadió, se muestran diferencias por grupos etarios, sin importar estrato socio económico; los jóvenes apuntan a que ser pobre es no tener trabajo, mientras que los papás mencionan que es no tener un hogar; y enfatizó que la inquietud manifiesta de los jóvenes es no conseguir trabajo.
El coautor Delfino Vargas Chanes planteó revisar los aspectos subjetivos para obtener un impacto en el diseño de políticas públicas, en el que se dé importancia al gasto público orientado a los individuos, quienes finalmente reciben el impacto económico y social de las políticas.
Destacó que en promedio en la nación se considera que el bienestar subjetivo tiene una escala medianamente aceptada por unos y regularmente aceptada por otros, pero en el caso de los grupos etarios, los jóvenes están satisfechos en el sentido de que “al menos tienen trabajo” a pesar de tener salarios y prestaciones precarias.
Además, resaltó que los grupos mayores de 50 presentan puntajes de bienestar subjetivo muy bajos, principalmente porque la red social está desatendida, es decir, que no tienen donde pasar sus últimos años de vida de manera satisfactoria.
Durante la presentación del libro “Percepciones, pobreza, desigualdad” en el Senado, Sara María Ochoa León, su coautora, destacó que seis de cada 10 mexicanos consideraron que los programas sociales acostumbran a las personas a no trabajar.
El libro es parte de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales”, de la UNAM, que se presentó en el Senado de la República como parte de los festejos del Centenario de la Constitución de 1917. El documento expone los resultados de la Encuesta Nacional de Pobreza.
De acuerdo con la especialista, en lo relativo al trabajo y percepciones de bienestar y pobreza y política social, los mexicanos consideraron que tener mejores salarios y más empleos es la forma de acabar con la pobreza.
Sara María Ochoa señaló que 64.5 por ciento de los mexicanos están satisfechos o muy satisfechos con su trabajo, lo cual llama la atención porque en la misma muestra se encontró que hay una alta precariedad laboral, alta informalidad, bajos salarios, presencia de trabajo no permanente y a tiempo parcial.
Asimismo, destacó que contrario a dicha satisfacción, se encontró que los mexicanos no están muy satisfechos con los ingresos que reciben.
Israel Manuel Banegas González, también coautor, reveló que los mexicanos, a nivel nacional y sin diferencia por estrato económico, edad, género consideraron que ser pobre extremo es la falta de recursos para salir adelante y no tener para comer.
Sobre la pobreza en general, añadió, se muestran diferencias por grupos etarios, sin importar estrato socio económico; los jóvenes apuntan a que ser pobre es no tener trabajo, mientras que los papás mencionan que es no tener un hogar; y enfatizó que la inquietud manifiesta de los jóvenes es no conseguir trabajo.
El coautor Delfino Vargas Chanes planteó revisar los aspectos subjetivos para obtener un impacto en el diseño de políticas públicas, en el que se dé importancia al gasto público orientado a los individuos, quienes finalmente reciben el impacto económico y social de las políticas.
Destacó que en promedio en la nación se considera que el bienestar subjetivo tiene una escala medianamente aceptada por unos y regularmente aceptada por otros, pero en el caso de los grupos etarios, los jóvenes están satisfechos en el sentido de que “al menos tienen trabajo” a pesar de tener salarios y prestaciones precarias.
Además, resaltó que los grupos mayores de 50 presentan puntajes de bienestar subjetivo muy bajos, principalmente porque la red social está desatendida, es decir, que no tienen donde pasar sus últimos años de vida de manera satisfactoria.