La joven María Alondra Peña Pech, de 19 años de edad, quien padece de ataques epilépticos, recibió autorización de las autoridades sanitarias para la usar sustancias derivadas de la mariguana con fines medicinales.
Es la segunda paciente yucateca con el síndrome de Lennox-Gastaut, una de las manifestaciones de la epilepsia más agresivas y difíciles de controlar, en recibir el permiso. La primera fue, en febrero pasado, Ana Paula, una niña de sólo cinco años.
Los papás de Alondra, Francisco Peña Herrera y Lízbeth Pech Herrera, comentan que nada ha dado resultado. Dos veces ha sido sometida a una callosotomía –un corte en la banda de fibras que conecta los hemisferios cerebrales – y ha utilizado todos los antiepilépticos convulsivos habidos y por haber, pero sigue sufriendo más de 30 crisis epilépticas diarias, algunas muy intensas y generalizadas.
“No vemos la mejoría que quisiéramos”, comenta Francisco. “Y en el Seguro Social le dieron ya de alta. Nos dijeron que ya no pueden hacer nada por ella”.
Pese a todo, hay muchas esperanzas. Alondra tomará 5 mililitros diarios de Cannabidiol -un aceite derivado de la planta cannabis sativa o marihuana que no tiene efectos psicoactivos- bajo la supervisión médica del doctor Saúl Garza, el mismo que atiende a la niña regiomontana Graciela Elizalde Benavides, cuyo caso alcanzó repercusiones internacionales hace un año porque abrió el debate en México sobre el uso terapéutico de la mariguana y fue la primera en recibir de un juez la autorización para adquirir la sustancia en Estados Unidos.
Es la segunda paciente yucateca con el síndrome de Lennox-Gastaut, una de las manifestaciones de la epilepsia más agresivas y difíciles de controlar, en recibir el permiso. La primera fue, en febrero pasado, Ana Paula, una niña de sólo cinco años.
Los papás de Alondra, Francisco Peña Herrera y Lízbeth Pech Herrera, comentan que nada ha dado resultado. Dos veces ha sido sometida a una callosotomía –un corte en la banda de fibras que conecta los hemisferios cerebrales – y ha utilizado todos los antiepilépticos convulsivos habidos y por haber, pero sigue sufriendo más de 30 crisis epilépticas diarias, algunas muy intensas y generalizadas.
“No vemos la mejoría que quisiéramos”, comenta Francisco. “Y en el Seguro Social le dieron ya de alta. Nos dijeron que ya no pueden hacer nada por ella”.
Pese a todo, hay muchas esperanzas. Alondra tomará 5 mililitros diarios de Cannabidiol -un aceite derivado de la planta cannabis sativa o marihuana que no tiene efectos psicoactivos- bajo la supervisión médica del doctor Saúl Garza, el mismo que atiende a la niña regiomontana Graciela Elizalde Benavides, cuyo caso alcanzó repercusiones internacionales hace un año porque abrió el debate en México sobre el uso terapéutico de la mariguana y fue la primera en recibir de un juez la autorización para adquirir la sustancia en Estados Unidos.