A cada prueba, los psiquiatras presuntos asesinos van marcando su camino irremediable hacia la sentencia más elevada.
Susana Oxté Cob es una mujer que se dedica a la limpieza a domicilio. De acuerdo con sus declaraciones en la audiencia del Juicio Oral que se sigue por el asesinato del doctor Felipe Triay Peniche, fue vecina de Pablo García Gutiérrez en ciudad Caucel, a quien conoce desde hace unos diez años, y el 20 de agosto del 2014 lo ayudó en su casa de la García Ginerés.
“A las 6 de la tarde el doctor me llevó a su casa en la García Ginerés en un coche blanco, dijo, y al llegar me comentó que le habían regalado carne y que la casa estaba muy desordenada pero que tenía todo para limpiar: cloro, ácido, esponjas, etc, lo único que faltaba era un “harpic” (para limpiar el inodoro) y los dos fuimos al Oxxo a comprarlo.”
“Lo primero que limpié fue el baño que se encontraba muy sucio, -continuó-; ahí había una cubeta azul que tenía dentro una sierra, agua y monedas (la cual reconoció en una fotografía) y en la pared, debajo del lavabo, había manchas de sangre. El doctor me proporcionó unos guantes de látex de los que usan los médicos, pero se me rompieron cuando limpié la sierra, pues esta estaba llena de grasa.”
Siguió con su tarea y movió el refrigerador, pues debajo había una mancha de sangre que limpió con una jerga. Después sacó unas cajas de aires acondicionados y un total de 3 bolsas de basura.
“Terminé como a las 7:30 de la noche pero el doctor había salido y lo esperé hasta las 8, siguió diciendo la mujer; de ahí nos fuimos a la T1 pues él dijo que
debía cobrar y firmar. De nueva cuenta me quedé sola, en el carro, como 10 minutos, y después me devolvió a mi casa de Ciudad Caucel y cuando llegamos el doctor me pagó 150 pesos por mi trabajo.”
La Fiscalía ofreció poner a la vista de la testigo fotografías de la casa en Ciudad Caucel para que las reconozca, pero la defensa se opuso pues podía caer en sugestión dado que no había hecho referencia a ciertos elementos que se hallaban en las fotos. Después de un debate, se le enseñaron las fotos a la testigo pero tapando los objetos que señaló la defensa y las preguntas que se realizaron fueron con base en los objetos que quedaron a la vista.
Otro testigo que compareció fue el albañil Luis Fernando Chan Chuc, quien al igual que la mujer de la limpieza, manifestó que en el 2014 fue vecino de Pablo Garcia en Ciudad Caucel, Fraccionamiento Torres, y que el 20 de agosto de ese año a la 1 de la madrugada se encontraba en la puerta de su casa con su cuñado cuando la pareja del doctor Pablo le preguntó que si podían ayudar a su esposo a cargar unas cajas de aires acondicionados, accedieron y se dirigieron a la colonia García Ginerés en un jetta blanco.
Llegaron a una casa (la cual reconoció en fotos) y el doctor caminó unas esquinas y regresó con una camioneta color negro, y en la cajuela se encontraban las cajas de los aires, las cuales subieron por las escaleras al segundo piso.
El doctor Pablo las metió arrastradas a su cuarto. Salió después con 3 cervezas, cigarros y un puro y estuvieron ahí como 20 minutos. Les enseñó unas espadas amarillas, habló de su trabajo y mencionó que no quería que su esposa viera la camioneta porque se la quitaría.
Su relato corroboró toda la información que diera su cuñado Néstor Alejandro Ruiz González, quien en su comparecencia el día anterior indicó con lujo de detalles como bajaron las cajas con el cadáver del doctor Triay y las depositaron en la parte posterior de la camioneta de éste mismo, que Pablo Santos abandonó en un estacionamiento comercial de Ciudad Caucel.
Susana Oxté Cob es una mujer que se dedica a la limpieza a domicilio. De acuerdo con sus declaraciones en la audiencia del Juicio Oral que se sigue por el asesinato del doctor Felipe Triay Peniche, fue vecina de Pablo García Gutiérrez en ciudad Caucel, a quien conoce desde hace unos diez años, y el 20 de agosto del 2014 lo ayudó en su casa de la García Ginerés.
“A las 6 de la tarde el doctor me llevó a su casa en la García Ginerés en un coche blanco, dijo, y al llegar me comentó que le habían regalado carne y que la casa estaba muy desordenada pero que tenía todo para limpiar: cloro, ácido, esponjas, etc, lo único que faltaba era un “harpic” (para limpiar el inodoro) y los dos fuimos al Oxxo a comprarlo.”
“Lo primero que limpié fue el baño que se encontraba muy sucio, -continuó-; ahí había una cubeta azul que tenía dentro una sierra, agua y monedas (la cual reconoció en una fotografía) y en la pared, debajo del lavabo, había manchas de sangre. El doctor me proporcionó unos guantes de látex de los que usan los médicos, pero se me rompieron cuando limpié la sierra, pues esta estaba llena de grasa.”
Siguió con su tarea y movió el refrigerador, pues debajo había una mancha de sangre que limpió con una jerga. Después sacó unas cajas de aires acondicionados y un total de 3 bolsas de basura.
“Terminé como a las 7:30 de la noche pero el doctor había salido y lo esperé hasta las 8, siguió diciendo la mujer; de ahí nos fuimos a la T1 pues él dijo que
debía cobrar y firmar. De nueva cuenta me quedé sola, en el carro, como 10 minutos, y después me devolvió a mi casa de Ciudad Caucel y cuando llegamos el doctor me pagó 150 pesos por mi trabajo.”
La Fiscalía ofreció poner a la vista de la testigo fotografías de la casa en Ciudad Caucel para que las reconozca, pero la defensa se opuso pues podía caer en sugestión dado que no había hecho referencia a ciertos elementos que se hallaban en las fotos. Después de un debate, se le enseñaron las fotos a la testigo pero tapando los objetos que señaló la defensa y las preguntas que se realizaron fueron con base en los objetos que quedaron a la vista.
Otro testigo que compareció fue el albañil Luis Fernando Chan Chuc, quien al igual que la mujer de la limpieza, manifestó que en el 2014 fue vecino de Pablo Garcia en Ciudad Caucel, Fraccionamiento Torres, y que el 20 de agosto de ese año a la 1 de la madrugada se encontraba en la puerta de su casa con su cuñado cuando la pareja del doctor Pablo le preguntó que si podían ayudar a su esposo a cargar unas cajas de aires acondicionados, accedieron y se dirigieron a la colonia García Ginerés en un jetta blanco.
Llegaron a una casa (la cual reconoció en fotos) y el doctor caminó unas esquinas y regresó con una camioneta color negro, y en la cajuela se encontraban las cajas de los aires, las cuales subieron por las escaleras al segundo piso.
El doctor Pablo las metió arrastradas a su cuarto. Salió después con 3 cervezas, cigarros y un puro y estuvieron ahí como 20 minutos. Les enseñó unas espadas amarillas, habló de su trabajo y mencionó que no quería que su esposa viera la camioneta porque se la quitaría.
Su relato corroboró toda la información que diera su cuñado Néstor Alejandro Ruiz González, quien en su comparecencia el día anterior indicó con lujo de detalles como bajaron las cajas con el cadáver del doctor Triay y las depositaron en la parte posterior de la camioneta de éste mismo, que Pablo Santos abandonó en un estacionamiento comercial de Ciudad Caucel.