Sujeto alcoholizado estuvo a punto a arrollar a ciclistas y la policía "lo defendió"

08 julio 2016
En su cuenta de Facebook el coletivo denominado Cicloturixes relata las dificultades que tuvieron primero con un automivlista que estuvo a punto de arrollarlos cuando se le pidió que se detenga y luego con la policía para que se lleve detenido al conductor, que, aseguran, estaba en visible estado de ebriedad y era motivo suficiente para proceder en su contra.
A continuación les dejamos el relato completo:
Algunas personas nos han preguntado sobre el incidente que se presentó anoche a nuestro regreso al parque de Santa Ana con un automovilista en estado de ebriedad.
Circulábamos sobre Av. Universidad Pedagógica cuando el equipo de seguridad y logística, Altos Pasando, pidió a un automovilista que nos esperara un par de minutos para que pasara el grupo de ciclistas. Pensamos que como la gran mayoría de conductores amablemente nos esperaría sin embargo comenzó a acelerar su auto en señal de que no pretendía esperar, lo que provocó que varios ciclistas del grupo lo rodearan para pedirle que se tranquilizara pues ya casi terminábamos de pasar, de pronto intempestivamente inició la marcha y arremetió sobre los ciclistas que estaban frente a él quienes milagrosamente lograron hacerse a un lado por lo que nadie resultó herido de gravedad pero sí con golpes y sobre todo con el susto por la acción abiertamente criminal de esta persona.
Un grupo de ciclistas decidió seguirlo para reclamarle su actitud iniciándose una persecución que duró varios minutos por las calles de la zona. Cabe hacer notar que este hombre puso en riesgo no sólo su vida sino de la de la mujer que venía con él así como un bebé, además de los transeuntes que en esos momentos transitaban por la zona. Al notar la actitud de peligro un grupo de personas con sus motocicletas, vecinos del lugar, se unieron a la persecución hasta que el conductor del focus blanco pudo ser detenido en el cruzamiento de calle 14 y 69 donde fue sometido por los motociclistas. Se llamó insistentemente al número de emergencia de la SSP desde el momento del altercado y la posterior persecución pero nunca hubo respuesta teniendo que esperar más de 10 minutos para que arribara una patrulla al lugar donde esta persona era vigilada por los ciclistas pudiéndose notar en esos momentos su completo estado de ebriedad.
Al llegar las unidades de la SSP comentaron que había que esperar a un perito para que dictaminara lo que procedía en ese momento no obstante más de 10 ciclistas ahí presentes explicaron lo que esta persona había hecho. El perito tardó casi media hora en llegar mientras vecinos del lugar comenzaron a arremolinarse generándose una atmósfera de incertidumbre pues los policías decían que no lo podían remitir sólamente porque los ciclistas lo pidieran, sin embargo el hombre estaba notablemente ebrio y podía observarse a simple vista la marca del rin en el pavimento por más de 2 kilómetros, pues había explotado la llanta en su huida, todos estos elementos al parecer no eran suficientes para que estos policías se llevaran detenida a esta persona y hacían continuamente referencias al nuevo sistema de justicia penal que los ciudadanos aún no entendemos pero está muy claro que ellos tampoco.
Luego de que llegó el tan esperado perito se limitó a preguntar si de lo que se trataba era de un accidente o de un acto intencional y al explicarle que se trató de un acto intencional que pudo haber tenido consecuencias lamentables comentó que entonces él no tenía nada más que hacer en el lugar y que "las partes" debían arreglarse entre sí. Comentó que para que una denuncia en contra de esta persona pudiera tener alguna efectividad había que presentar a las personas notablemente heridas pues golpes leves no servirían de nada además de que dicha denuncia debía hacerse en las oficinas de la fiscalía en el periférico. Todo ello sin duda fue interpretado como una invitación a desistir en la denuncia como habitualmente hace la policía. Se le intentó explicar una vez más que el estado de ebriedad del sujeto era motivo suficiente para que lo remitiera a los separos. Por fin y luego de casi una hora aceptaron llevarse a este automovilista que a todas luces representa un peligro para el resto de los ciudadanos y a quien se le debería suspender la licencia de conducir por un tiempo prolongado.
No pudimos saber si este hombre fue efectivamente remitido a los separos o si fue liberado calles adelante pues la actitud policial por decir lo menos fue abiertamente defensora del sujeto.
Nuestra postura sobre este lamentable acontecimiento es que si bien se trata de un hecho excepcional debe ponernos muy alertas de que por las calles de Mérida además de automovilistas amables también circulan personas inconscientes que ponen en peligro su seguridad y la de los demás.
Este episodio también nos deja muy claro que la autoridad no se encuentra adecuadamente capacitada para atender este tipo de hechos de violencia vial.
A quien conduce un auto con violencia debe equiparársele a quien dispara un arma. No es posible que por no atinar y herir mortalmente a alguien se le siga permitiendo conducir impunemente por las calles.






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