“Les daremos un escarmiento para que no vuelvan a meterse con nuestras familias” fue la advertencia que habitantes de Mérida lanzaron a las autoridades ante la impunidad con que actúan delincuentes en colonias y comisarías.
Enojados vecinos de diferentes rumbos se manifiestan hartos de que los delincuentes se burlen de ellos, “incluso frente a la Policía”, la cual poco ha podido hacer debido a una aparente protección por Derechos Humanos.
Esto ha ocasionado un escenario de impunidad, ya que los delincuentes capturados in fraganti exhiben un documento emitido por Derechos Humanos, que al parecer los vuelve inmunes ante la autoridad, señalaron los colonos.
“Todos sabemos quiénes son, en dónde viven; los hemos identificado ante la Policía, tenemos denuncias en su contra, testigos, pruebas… pero de nada sirve, al día siguiente ya están en la calle y entonces nos agreden por venganza”, señalan.
“Y a nosotros, ¿quién nos defiende?”, exclamó con lágrimas en los ojos una señora de avanzada edad, con la impotencia contenida.
Ante este escenario en diversas colonias, el diputado federal Francisco Torres Rivas promovió anoche una reunión entre la Policía y vecinos del fraccionamiento Fidel Velázquez, donde la situación amenaza con salirse de control.
Los vecinos señalaron pasividad de las autoridades encargadas de hacer justicia, en tanto los elementos policiacos explicaron que los acota Derechos Humanos.
“Ustedes nos piden mano dura, pero personas ajenas, sin averiguar, lo graban y suben a redes, y entonces viene una denuncia por Derechos Humanos”, expuso el comandante Sergio Paredes Guerra.
Reunidos en un local social, los vecinos señalaron su hartazgo contra el ex convicto Juan Gerardo Aguilar Torres (a) “Och”, quien vive en ese rumbo y ha estado involucrado en múltiples delitos en la zona oriente de Mérida. No obstante, se mantiene en completa libertad y lesionando a cuanta persona lo confronte.
Tiene una decena de denuncias por diversos motivos, que van desde el robo en casas hasta la agresión física, sin importar que sean amas de casa o de la tercera edad.
Un caso sonado fue cuando agentes ministeriales intentaban detenerlo por un delito en la Amalia Solórzano y uno de ellos fue lesionado, lo que derivó en el fallecimiento de una tercera persona.
El sujeto habita en la calle 67 por 38 y 40 de Fidel Velázquez, que es un andador, a donde no llegan los recorridos de la Policía, expusieron los vecinos. No ingresan a los andadores, que son inseguros, por ejemplo en la 40 por 42 y en 67 por 42 y 44.
Se mofa de que “ha caído” 43 veces en el penal y amenaza con que, al salir de la cárcel, incendiará a las personas que lo acusaron.
Su mamá dice que está loco y que la culpa la tenemos nosotros porque lo agredimos, “que no lo dejamos en paz”, dijo una vecina.
La Policía montó vigilancia cerca de su casa, pero recibieron una acusación del sujeto ante Derechos Humanos por “acoso” y tuvieron que suspenderla.
“Se ríe de la Policía y nos reta a llamarla, pues asegura que él paga para que no lo toquen”, según ha alardeado en ocasiones.
Un vecino relató que, en una ocasión, se bajó los pantalones frente a los policías que acudieron al auxilio de una señora, al tiempo que exclamaba: “Esto es para usted y también para su comandante”.
Cuestionaron si darían el mismo trato a este delincuente si entrara a la casa de algún funcionario, pero nosotros somos el pueblo”.