Pues se acabaron los rumores, Motorola y Lenovo hicieron oficial la nueva familia de dispositivos Moto Z, una apuesta interesante respecto a los equipos modulares pero no como lo que habíamos visto con LG o Ara, ya que aquí la base es sólida, mientras que los módulos llegan a potenciar funciones.
Como sabemos, el Moto Z llega en dos versiones, la "normal" y la "Force", con diferencias en resolución de cámara y en tecnología anti-astilladuras en pantalla, pero básicamente se trata del mismo equipo en cuanto a aspecto físico. Como saben, nos hemos trasladado a San Francisco para el Lenovo Tech World, donde hemos tenido oportunidad de conocer el nuevo Moto Z y sus MotoMods, para así traerles nuestras primeras impresiones.
Llegó el metal a los Moto
Lo primero que se destaca en la familia Moto Z es que ahora estamos ante un cuerpo en metal muy esbelto, atractivo y de construcción sólida que también es muy ligero y fácil de usar con una mano, ya que a pesar de haber abandonado la curva trasera dedicada a aportar ergonomía, se siente cómodo en la mano y los espacios han sido bien aprovechados.
Pero no todo es felicidad, ya que todo el aluminio trasero es como de acabado espejo, por lo que se convierte en un imán para la suciedad y huellas, así que tendremos que estarlo limpiando de forma constante si queremos que no se vea manchado, algo que también se puede solucionar con los recién estrenados Style Shells, que son una especie de carcasas traseras que nos permitirán personalizar nuestro smartphone de una forma sencilla, ya que tienen un pequeño conector magnético que se adapta de forma perfecta, por supuesto estos shells estarán disponibles en una gran variedad de materiales y acabados que van desde plástico, piel, madera y una gran cantidad de colores.
Los Moto Z llegan con sensor de huellas que está incorporado en el marco inferior frontal, por lo que su acceso es sencillo y sin mayor problema, pero hay que mencionar que sólo es sensor, no sirve como botón, algo que se podría prestar a confusiones.
Fuera de todo eso, el resto del diseño se complementa con una pantalla de 5.5 pulgadas QHD con buena reproducción de color y ángulos de visión; un sensor de la cámara que sobresale de la parte trasera en diseño circular, algo en lo que muchos no estarán de acuerdo pero la verdad no resulta molesto, además de que sirve para que los Mods se adapten de forma perfecta, algo que veremos más adelante.
Hay factores que necesitaremos probar más a fondo en su respectivo análisis, como la batería, que ha adelgazado de forma importante, el sonido y su uso en el día a día, pero esto último tiene buena pinta ya que el corazón es el Snapdragon 820 con 4GB en RAM, es decir, una bestia bien optimizada bajo Android 6.0.1, así que el desempeño es más que destacable.
El espíritu modular bien implementado
Como les mencionaba, Motorola ha dado un giro interesante al concepto modular, ya que supera por mucho lo que habíamos visto con LG y su G5, pero no llega a la propuesta de Ara, que por cierto también fue creación de Motorola, donde la compañía nos menciona que la idea fue crear una base sólida con un smartphone gama alta con lo último de la tecnología, pero que podamos actualizar con los MotoMods para ampliar la experiencia, donde no será necesario mejorar el núcleo, porque en sí su potencia es más que suficiente para otorgar un buen desempeño.
Los MotoMods no sólo son módulos que amplían las capacidades del Moto Z, sino que también es una plataforma que llega a potenciar la experiencia, hoy estamos viendo tres de ellos: una batería adicional, un proyector y un altavoz JBL, pero la promesa es ambiciosa, ya que muchas marcas estarán llegando a crear sus propios módulos, los cuales se podrán usar en futuras generaciones de Moto Z, además de que serán compatibles con nuevas versiones de Android.
Sin duda la mejor parte de los MotoMods es la forma en cómo se adaptan al equipo, ya que utilizan un sistema magnético lo suficientemente potente para encontrar la forma exacta de adaptarse, pero a su vez, se pueden retirar de forma sencilla y sin necesidad de apagar el equipo y volver a empezar, todo se hace sobre la marcha sin afectar el flujo de trabajo, algo que se agradece.
Otro factor importante es que el sistema reconoce los Mods de forma inmediata, no es necesario instalar ni configurar nada, ya que la conexión de los 16 pins transmite toda la información necesaria al smartphone, algo que ayuda con la experiencia de uso, ya que la idea fue hacerlo sencillo para que cualquier persona lo pueda usar.
Moto Z, el inicio de algo grande
Lenovo y Motorola están arrancando con un proyecto importante, no sólo es el lanzamiento de un equipo, es el lanzamiento de una plataforma, y aquí el trabajo de desarrolladores y marcas involucradas será esencial, ya que de ellas dependerá el crecimiento y el futuro de los MotoMods, que de lo poco que han anunciado, se antoja interesante, vienen cosas atractivas y eso es apenas el comienzo.
Por supuesto hay que destacar un punto importante, el precio, el cual se desconoce hasta el momento y que será pieza esencial para el éxito del Moto Z y sus MotoMods, precio que deberá ser atractivo y competitivo, ya que la marca nos ha acostumbrado a ello y es lo que todos esperan, por lo que deberán pensar bien cuál es la estrategia, algo que no será sencillo.
Motorola y Lenovo están apostando por algo grande e interesante, el Moto Z es una base fuerte que puede crecer dependiendo de lo que busquemos, y los MotoMods son esa herramienta que harán que nuestro equipo crezca en funciones, donde lo más importante es que no es obligatorio, podemos tener un gran smartphone gama alta así como está, o podemos ampliar sus capacidades de acuerdo a nuestras necesidades, algo atractivo ya que la decisión queda en nosotros.