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Al menos en dos ocasiones agentes de la DEA y de otra agencia de investigación criminal visitaron el Reclusorio Sur para hablar con Raúl Flores Hernández, quien les comentó de su amistad y negocios que mantenía con Rafa Márquez y Julión Álvarez, confirmaron funcionarios de alto nivel que siguen de cerca el caso.
Al menos en dos ocasiones agentes de la DEA y de otra agencia de investigación criminal visitaron el Reclusorio Sur para hablar con Raúl Flores Hernández, quien les comentó de su amistad y negocios que mantenía con Rafa Márquez y Julión Álvarez, confirmaron funcionarios de alto nivel que siguen de cerca el caso.
Sin embargo, durante los encuentros Flores Hernández
presuntamente nunca identificó al futbolista o al cantante como prestanombres o
testaferros de la red de narcotráfico que fue señalada este miércoles por la
Oficina de Control de Bienes de Extranjeros del Departamento del Tesoro de
Estados Unidos.
En los señalamientos, que no fueron hechos a autoridades
mexicanas en ningún momento, únicamente hacía referencia a los negocios que
tenía con ambos personajes y la amistad que, en especial, entabló con Márquez.
Incluso les aclaró que ambos desconocían las actividades
criminales que realizaba; mientras que con el cantante el vínculo se mantenía a
través de sus contadores, los cuales también desconocían que era
narcotraficante.
De acuerdo con estos funcionarios, Flores Hernández
presuntamente no hizo ninguna acusación de lavado de
dinero o otro ilícito en su contra, ya que se limitaba a hablar de las
relaciones que mantuvo con ellos.
Las visitas de agentes estadunidenses, afirman, son
habituales en estos casos derivado de los convenios que mantienen México y
Estados Unidos en la materia y en especial por su importancia, ya que Flores
Hernández ha sido comparado con grandes capos del narcotráfico como
Ismael El Mayo Zambada o de Rubén
Oseguera Cervantes, El Mencho.
También conocido como El
Tío, Flores Hernández ha sido identificado por Estados Unidos como
un narcotraficante independiente que ha mantenido alianzas a lo largo de los
años con los carteles de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, a pesar de
no ser miembro ni trabajar para ellos.
“Es un narcotraficante independiente, no es un narco muy conocido hasta hoy,
pero nosotros lo consideramos uno de los grandes del narcotráfico en México y
él se ha encargado de traer desde los años 80 cocaína desde México a Estados
Unidos y otras partes del mundo”, señaló un alto funcionario del gobierno
estadunidense tras el anuncio de su inclusión en la lista negra.
El pasado 20 de julio efectivos de la Agencia de
Investigación Criminal de la PGR lo detuvieron en Zapopan, Jalisco, y permanece
a la espera de ser extraditado por dos acusaciones penales que recaen en su
contra por lavado de
dinero y tráfico de cocaína en Estados Unidos.
Además del capo, el Tesoro de Estados Unidos también
incluyó a 21 personas y 42 empresas bajo la Ley de Designación de Cabecillas
Extranjeros (ley Kingpin), por apoyar las actividades del tráfico de drogas de
Flores Hernández y su organización del narcotráfico.