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Narcomanta colocada en diciembre de 2016 en un puente de Acapulco. En ella se menciona a 'Nana Pelucas'. Cortesía de un medio de Guerrero que prefiere conservar su anonimato.
La Fiscalía del Estado de Guerrero halló el cuerpo baleado de Pamela Montenegro, una youtuber y comentarista política, en un restaurante en la costa de Acapulco, una de las ciudades más peligrosas de México.
Dos hombres armados llegaron al lugar cerca de las 19.00 horas del pasado lunes y abrieron fuego contra ella. Escaparon inmediatamente después, según datos de la fiscalía. Las autoridades trasladaron el cuerpo al forense y se encuentran recabando evidencias y testimonios de su asesinato. Los representantes de la fiscalía no han confirmado si un cartel de droga está involucrado en el crimen, como han reportado varios medios locales y nacionales.
En una conferencia de prensa, el fiscal de Guerrero Xavier Olea dijo que Montenegro había sido previamente amenazada por un "servidor público municipal". Su agentes descubrieron que dos horas después del asesinato de la bloguera, los mismos sujetos mataron a otra persona cerca de la zona del primer ataque.
Narcomanta colocada en diciembre de 2016 en un puente de Acapulco. En ella se menciona a 'Nana Pelucas'. Cortesía de un medio de Guerrero que prefiere conservar su anonimato.
El periodista Miguel Ángel Mata Mata ha difundido este martes un mensaje en redes sociales exigiendo al Gobierno mexicano investigar el asesinato. "En ninguno de los programas de Montenegro publicó nota alguna de ejecuciones, muertos o grupos criminales. Sus críticas eran directamente a políticos cínicos y corruptos", se lee en la carta. "De manera firme les exigimos hagan valer el principio de Estado".
El periodista de Acapulco Julio Vázquez, quien conocía a Montenegro, afirma que la comunicadora había recibido amenazas por parte del crimen organizado a finales de 2016. "En muchas partes de Acapulco aparecieron narcomantas, una de ellas la relacionaba con un grupo delincuencial como informante", dice el también secretario general en Acapulco del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, asociación a la que pertenecía la vídeo bloguera. Poco tiempo después, Montenegro dio una conferencia de prensa en la que negó tener vínculos con los grupos criminales de la zona. "Ella decía que era del norte y que su familia era gente de trabajo", cuenta Vázquez.
Montenegro era conocida en los círculos políticos y periodísticos del Estado por su personaje Nana Pelucas, protagonista del canal de YouTube Sillón TV. Una mujer estrafalaria de lentes enormes y una abundante peluca rizada hacía comentarios sobre la política local y entrevistaba a regidores, legisladores y funcionarios con tono burlón. Montenegro emulaba a una columnista de chismes y revistas del corazón de antaño, como Gossip Gerty, de los cómics de Batman o Rita Skeeter, de las novelas de Harry Potter. "Representaba a una ciudadana cualquiera: mal hablada, que se quejaba y criticaba la situación que vivía el país", comenta Vázquez. El vídeo blog de la residente de Acapulco combinaba también tutoriales de maquillaje y recomendaciones de compras de supermercado.
En su perfil de Facebook, la mexicana publicada selfies con funcionarios públicos locales y fotografías de eventos de campañas de políticos, principalmente del PRI y del PRD. En uno de sus vídeos más populares en redes sociales ella finge ser detenida por la policía local por "andar de mitotera".
Para Vázquez, el asesinato de Montenegro refleja la situación de violencia que viven los habitantes de Guerrero, en especial los comunicadores. "La delincuencia se burla de las autoridades, hasta asesinan frente a las comisarías", apunta. "Los casos no se esclarecen, nunca se castiga a estos asesinos, lo que uno quiere es justicia. Los periodistas somos presa fácil porque andamos en la calle, porque hacemos entrevistas y reportajes sobre lo que sucede". Vázquez añade que él y sus colegas temen que la situación se recrudezca en la temporada electoral, cuando las amenazas a periodistas aumentan, de acuerdo a sus experiencias en elecciones previas. El País
