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Francisco Rojas San Román, el diputado federal con licencia del Estado de México, falleció la madrugada de este martes después de haber sido tiroteado la medianoche del sábado. El legislador fue atacado el fin de semana en el pueblo San Lorenzo Río Tenco, en el municipio de Cuautitlán Izcalli, que forma parte de la zona metropolitana de la Ciudad de México. Rojas, un empresario transportista que había dado charlas de liderazgo y coaching, había solicitado separarse de su cargo como legislador para presentarse como candidato a alcalde de Cuautitlán en las elecciones del 1 de julio. Rojas se iba a registrar como precandidato el domingo, pero el atentado se lo impidió.
Rojas fue atacado la noche del sábado por dos sujetos que iban a bordo de una motocicleta. El político iba a bordo de su camioneta y estaba a pocos metros de su domicilio. Su cuñada, María Eugenia Cano, de 58 años, lo acompañaba en el vehículo en el asiento del copiloto. Los agresores dieron alcance al vehículo y abrieron fuego. Rojas recibió dos impactos de bala en la espalda, mientras que Cano también fue herida con dos balas.
Cano murió la tarde del 5 de febrero en el mismo hospital de Cuautitlán Izcallli donde Rojas estaba siendo atendido por sus heridas. El político, sin embargo, fue trasladado la madrugada de este martes a un hospital de la Ciudad de México. En el viaje en la ambulancia, no obstante, el político sufrió una crisis. Su estado se había agravado y falleció en una de las vías principales de la capital mientras era atendido por los médicos.
Uno de los dirigentes del PRI, Arturo Zamora, lamentó la muerte del militante. "Mantenemos nuestra exigencia de que se castigue a los culpables de este crimen", afirmó en Twitter el líder del sector obrero popular de la organización política. El gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, también dio un "sentido pésame" a familiares y amigos tras el fallecimiento de Rojas. Hasta el momento, la Fiscalía no ha presentado a los supuestos responsables del asesinato.
Esta no es la primera vez que Rojas lidió con la violencia. En mayo de 2016, sujetos desconocidos incendiaron su camioneta mientras esta estaba aparcada en las calles del municipio. Ningún grupo se atribuyó entonces el acto de intimidación. Rojas dijo entonces que solamente había sido un acto vandálico sin importancia. A pesar de haber restado importancia al hecho, este gesto reflejaba la escalada de violencia que había sufrido el PRI en la región. El comité municipal del partido, algo así como la presidencia local de la organización, había sido atacado con piedras y cócteles molotov el mes de marzo.
Información de El País
