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A pesar de sus características geográficas, estudios realizados en el estado de Yucatán arrojaron que hay seis municipios cuyas prácticas económicas los colocan en estado de alerta debido a la sospecha de presencia de partículas PM 2.5 en el aire, mermando su calidad y poniendo en riesgo la salud de sus habitantes.
Eduardo Batllori Sampedro, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, reveló que los seis municipios que presentan contaminación atmosférica son Mérida, Valladolid, Progreso, Ticul, Motul y Tizimín.
Como parte de los esfuerzos para prevenir esta situación, ayer se formalizó el Comité Núcleo del Programa de Gestión para mejorar la calidad del aire en Yucatán (ProAire), un instrumento para monitorear la calidad del aire de la región y emitir medidas para revertir las consecuencias su deterioro.
La comitiva, integrada por autoridades sanitarias, dependencias gubernamentales y académicos, contempla un proceso de consulta, así como talleres deliberativos en los que participarán los tres niveles de gobierno, organizaciones empresariales, sociedad civil y expertos en el tema del medio ambiente.
Con el fin de fortalecer la gestión de la calidad del aire en el estado, el Comité de ProAire consensuó un conjunto de medidas bajo seis líneas estratégicas, tres de ellas dirigidas a la reducción de emisiones y las otras tres como ejes transversales para fortalecer las primeras.
La primera consiste en la reducción de emisiones de fuentes fijas, la cual se logrará mediante el fortalecimiento de la regulación industrial estatal y el control de emisiones a la atmósfera en el sector de generación de energía eléctrica.
También se reducirán las emisiones de fuentes móviles, a través del fortalecimiento del sistema de movilidad sustentable para el transporte de alta capacidad, la revisión del Programa de Verificación Vehicular y el desarrollo de un plan de movilidad urbana sustentable.
En el caso de las fuentes de área, las emisiones se reducirán por la vía de la regulación a comercios y servicios en materia de atmósfera y el impulso a mejores prácticas sustentables en los sectores agropecuarios y forestales.
En lo referente a los impactos a la salud, ProAire propone una evaluación de enfermedades relacionadas con la mala calidad del aire y el desarrollo de un programa integral de contingencias atmosféricas.
La comunicación y educación ambiental también forman parte de las estrategias propuestas por el comité, esto, mediante la implementación de planes de comunicación de la calidad del aire y la actualización de los programas de educación ambiental.
Relativo a lo institucional, proponen la ampliación del Sistema Integral de Monitoreo Atmosférico, la actualización del inventario de emisiones a la atmósfera y darle seguimiento y evaluación a ProAire.
Ana Patricia Martínez Bolívar, directora general de Gestión de la Calidad del Aire y Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes de la Semarnat, extendió una felicitación por la iniciativa, y exhortó a los grupos que integran el comité a darle seguimiento al proyecto.
La funcionaria expresó que aún queda un largo camino por recorrer en la materia, sin embargo, “el primer paso ya está dado”. Asimismo, hizo hincapié en que la península presenta índices altos de enfermedades respiratorias, y no descartó que esto pudiera estar relacionado con la contaminación ambiental. La Jornada Maya