Noticias de Yucatán
(SinEmbargo).- “¡Carteras y celulares!… están seguros. No
te venimos a robar pero sí te pedimos una moneda, un alimento que te sobre”, es
el grito con el que jóvenes entran en los vagones del Metro para, en muchos
casos, exigir dinero en forma violenta.
El día ayer a las 23:40 horas, dos jóvenes entraron en la
estación Buenavista de la Línea B del Sistema de Transporte Colectivo (STC) para
pedir unas monedas. Sin embargo, al notar que un pasajero se reía, uno de los
sujetos reaccionó de manera violenta y amenazó con golpearlo.
Unos de los hombres, vestido con una chamarra café y una
gorra, se acercó al usuario para amedrentarlo y exigirle que se bajara del
vagón para golpearlo.
“Tomó mi acción como burla o como sarcástica y me empezó
a decir que si queríamos pelear. Se puso agresivo”, acusó Jorge Antonio
Trujillo, el pasajero agredido.
Al ver la actuación del sujeto contra el usuario, los
pasajeros jalaron la palanca de emergencias.
Mientras llegaba el conductor, los sujetos se hicieron de
palabras con los otros pasajeros alegando que ellos sólo iban pedir dinero,
pero el usuario Jorge Antonio se había burlado de ellos.
Pocos segundos después llegó el conductor, preguntó que
quién había accionado la palanca y por qué, los pasajeros contestaron que
porque el sujeto se había puesto agresivo. Pese al llamado, el conductor sólo
se limitó a desactivar la alarma, dejó a los sujetos que siguieran discutiendo
con los inconformes y se dirigió a su cabina para cerrar las puertas y
continuar el trayecto.
Estaciones después fue cuestionado por SinEmbargo del porqué no
había llamado a los policías de la estación, el conductor, de nombre Iván,
aseguró que sí los había reportado por medio del radio al Puesto Central del
Control (PCC), el cual se encarga de la operación de las líneas del Metro y
coordinar los retrasos o adelantos de los trenes, quien le señaló que esperara
indicaciones.
“Nada más me dicen que espere indicaciones y que en un
momento llegan o a la siguiente estación llega el apoyo”, acusó Iván.
Los usuarios de esta Línea del Metro sufren a diario el
ingreso de hombres, que muchas vienen drogados y agresivos, que piden o exigen
dinero a los pasajeros.
“En cada estación se sube uno diferente. A veces se suben
tranquilos, a veces como ahorita. […] ¿Cómo pueden subir? Yo entiendo que son
chavos de la calle que suben pidiendo un peso, comida, pero a veces lo hacen de
esta forma también”, señaló Jorge Antonio Trujillo.
Los pasajeros de la Línea B indican que los sujetos suben
en su mayoría a los vagones en parejas, y que no hay un solo elemento policiaco
en los andenes a esa hora que les impida el paso.