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La respuesta se hizo esperar pero llegó, no el jueves pasado como habían expresado autoridades de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (Segey), pero sí el viernes y los padres de las niñas agredidas sexualmente por otros alumnos de la primaria encontraron un poco de consuelo y justicia cuando fueron informados que la directora María Elizabeth Parra Castañeda fue destituida de su cargo y la maestra Fanny Barrera fue trasladada a otra institución escolar. Pero no basta, todavía quedaron cosas en el tintero.
Nos referimos al caso de las niñas atacadas sexualmente el mes pasado por sus compañeros en la escuela primaria “Luis G. Vives”, en Río Lagartos. Como informamos, cuatro alumnos de 6° de primaria acosaron sexualmente con cartas obscenas, amenazas de muerte y hasta manoseos y jalones a tres niñas de la escuela y hasta una de ellas, desesperada por la situación, intentó quitarse la vida ingiriendo pastillas (sus papás la descubrieron y la salvaron, entonces la niña contó la situación angustiante que estaba viviendo).
Tanto la directora Parra Castañeda como la maestra Barrera no sólo negaron los hechos en un principio sino que, cuando ya no pudieron tapar el sol con un dedo, acusaron a las niñas de “provocar” a sus compañeros.
Luego de los desafortunados sucesos y con un lapso de vacaciones por Pascuas en el medio, los padres, desesperados, no paran de pedir justicia que iba a llegar, teóricamente, el jueves pasado como publicamos, pero autoridades de la Segey no se presentaron.
Recién ayer fueron a la escuela ante la presencia de más de 80 padres apilados contra las rejas cerradas de la escuela. Alrededor de 50 papás más esperaban en la plaza.
Yucatán Ahora platicó con uno de los padres que, como informamos desde un principio, prefiere no dar su nombre. Él es papá de una niña que acude a la escuela pero que no sufrió abuso. Sin embargo, su familia tiene estrecha relación con los padres de una niña que sí fue abusada sexualmente, amiga de su hijita.
Como padre amigo de la familia y comprometido con el reclamo, este papá nos cuenta que a las 7:30 am de ayer, todos los progenitores se reunieron en la escuela, mientras autoridades de la Segey entraron a una junta con la directora y la maestra.
“Después de una larga espera y alrededor de las 10 am salieron y nos dijeron que dejaban la resolución para el lunes. La gente empezó a gritar enojada porque ya les habían dado un día y exigían que fuera ya en ese momento ‘¡Sino no los dejamos salir y se quedan adentro de la escuela!’, gritaban los papás. Entonces se volvieron a meter en la junta para ver qué hacían”, cuenta el papá.
Salieron por otra puerta
La escuela tiene dos ingresos y minutos después, los progenitores pudieron observar a través de la reja cómo ingresaba un auto a la escuela por el otro lado. Del coche se bajó la hija de la directora con una médica porque, les informaron, la situación de la reunión estresó de manera tal a Parra Castañeda que se le bajó la presión.
“Luego pudimos ver cómo la directora y la maestra Fanny se subían al auto y aprovechaban la otra salida para irse de la institución. Nunca dieron la cara”, comenta el progenitor.
Sólo cuando se fueron las dos mujeres involucradas en el caso, autoridades de la Segey dejaron entrar a los padres a la escuela.
“Nos explicaron que la directora ya no iba a trabajar y que en pocos meses se jubilará. En su lugar tomará su cargo el supervisor Carlos Polanco Martín hasta que se designe nueva autoridad. Sobre la maestra Fanny nos dijeron que sería enviada a otra escuela y se rumorea que estará como docente en la comunidad de Loche, como a 23 kms de aquí, entre Río Lagartos y Tizimín”, detalla.
Molestos y sin respuestas
Los padres no estuvieron contentos con la decisión porque esperaban que la maestra Fanny estuviera presente para un careo con los progenitores (como publicamos, ella no sólo negó los hechos cuando el papá una de las niñas agredidas fue a verla, sino que también le dijo que su hija mentía y que si había ocurrido algo, seguro que fue porque la niña provocó al niño agresor).
Otros papás también reclamaron la presencia de los menores abusadores en la escuela y exigieron que los expulsen. Sin embargo, las autoridades presentes de la Segey informaron que no era posible.
Los psicólogos que iban a trabajar con las víctimas y agresores todavía no se presentaron en la primaria y, según cuenta el papá que nos brinda la información, “nos dijeron que no cuentan con psicólogos para enviar aquí”, subraya.
Un accidente cambia todo
La reunión se cortó abruptamente cuando, de la calle, informaron que habían atropellado a una niñita de la escuela. Desesperados los padres comenzaron a buscar a sus hijos, quienes ya habían abandonado la escuela y se habían ido solos a sus casas porque eran más de la 1:30 pm.
“Supimos que la niña no sufrió heridas graves, según nos informaron, pero de todas maneras fue atendida por un doctor quien, para su valoración, la envió al hospital de Tizimín para que le hagan radiografías, porque aquí no hay aparato de rayos-X”, relata el papá.
Los padres se quedaron con un sabor amargo en la boca porque no obtuvieron todo lo que esperaban y, para colmo, la reunión terminó en una situación de caos y desesperación por el accidente.
Ahora aguardan que acudan los psicólogos y que todo siga su curso normal. El lunes se reincorporarán dos de las niñas agredidas que, hasta el momento, no habían vuelto desde los lamentables sucesos. Yucatán Ahora