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Después de bajarse de su auto para comprar unos muebles en un puesto callejero, Julio César fue asesinado por la espalda de dos tiros en la cabeza.
Eran aproximadamente las 12:15 horas de ayer cuando César, de 38 años, circulaba a bordo de su Ford Mustang rojo por calles de la colonia Unidad Habitacional Emiliano Zapata, en la delegación Coyoacán.
El tripulante del vehículo avanzaba sobre la calle Carmen Serdán sin notar que sus pasos eran seguidos de cerca.
Al llegar a la esquina con calzada de la Virgen, César Ugalde detuvo su coche frente a un negocio callejero de muebles. Segundos después de bajarse, un sujeto se acercó y le disparó por la espalda.
Los dos casquillos 9 milímetros que quedaron junto al cadáver de Julio César fueron asegurados por los uniformados.
Tras cometer el crimen, el responsable huyó del lugar sin que nadie lo detuviera. Vecinos pidieron ayuda de la Policía Preventiva al escuchar las detonaciones y ver a la víctima tendida en el suelo.
Paramédicos llegaron para atender la emergencia, pero sólo confirmaron la muerte de Julio César a causa de los impactos de bala.
Posteriormente el Ministerio Público ordenó el retiro del cadáver; fue trasladado al Servicio Médico Forense de la coordinación territorial correspondiente.
Presuntamente la víctima trabajaba como empleado del Sistema Penitenciario Federal; tenía una afición por los autos de lujo y la ropa de marca. Dejó huérfana a una niña de siete años.
Después de bajarse de su auto para comprar unos muebles en un puesto callejero, Julio César fue asesinado por la espalda de dos tiros en la cabeza.
Eran aproximadamente las 12:15 horas de ayer cuando César, de 38 años, circulaba a bordo de su Ford Mustang rojo por calles de la colonia Unidad Habitacional Emiliano Zapata, en la delegación Coyoacán.
El tripulante del vehículo avanzaba sobre la calle Carmen Serdán sin notar que sus pasos eran seguidos de cerca.
Al llegar a la esquina con calzada de la Virgen, César Ugalde detuvo su coche frente a un negocio callejero de muebles. Segundos después de bajarse, un sujeto se acercó y le disparó por la espalda.
Los dos casquillos 9 milímetros que quedaron junto al cadáver de Julio César fueron asegurados por los uniformados.
Tras cometer el crimen, el responsable huyó del lugar sin que nadie lo detuviera. Vecinos pidieron ayuda de la Policía Preventiva al escuchar las detonaciones y ver a la víctima tendida en el suelo.
Paramédicos llegaron para atender la emergencia, pero sólo confirmaron la muerte de Julio César a causa de los impactos de bala.
Posteriormente el Ministerio Público ordenó el retiro del cadáver; fue trasladado al Servicio Médico Forense de la coordinación territorial correspondiente.
Presuntamente la víctima trabajaba como empleado del Sistema Penitenciario Federal; tenía una afición por los autos de lujo y la ropa de marca. Dejó huérfana a una niña de siete años.
