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Un inmigrante de El Salvador de 31 años ha sido diagnosticado en EE.UU. con una inusual enfermedad cerebral de índole parasitaria. Lo atienden en la Clínica Universitaria de Stanford (Palo Alto, California), donde fue hospitalizado con dolores de cabeza, desconcierto mental y pérdida de equilibrio, según informaron sus médicos en una sinopsis del caso publicada el 10 de mayo en The New England Journal of Medicine.
Los síntomas, propios de los tumores cerebrales, obligaron a los médicos a practicarle ante todo una resonancia magnética del cráneo, la cual evidenció una aglomeración de gran tamaño (8x7x6 centímetros) en la parte superior de los hemisferios, cerca del vértice. Pero no fue un tumor sino un área inflamada del cerebro, consecuencia de una infección.
La cepa fue identificada por medio de un examen citológico de la masa cerebral, donde los especialistas divisaron docenas de microorganismos dentro de las células inmunes, y la posterior secuenciación de su genoma. Se trataba de parásitos protozoo flagelados de la especie Trypanosoma cruzi, que provocan la enfermedad de Chagas, endémica de una veintena de países de América Latina.
El parásito, transferido por algunos insectos, si accede al torrente sanguíneo, habitualmente ataca los intestinos. Los médicos conocen muy pocas ocasiones en que fueran descubiertos en los sesos.
Solo el sistema inmune debilitado les permite migrar hasta el cráneo, destaca Live Science refiriéndose al caso del hombre salvadoreño y también un antecedente registrado en el 2004. Ambos pacientes padecían también el sida.
Cuando los protozoos invaden el cerebro, se desarrollan abscesos con una mezcla de pus, células inmunes y otras sustancias derivadas de la infección, y este es el caso del paciente latino. La fase aguda de la enfermedad puede transcurrir sin síntomas específicos, solo con fiebre, mientras que la crónica dura años. Por eso no puede descartarse que el paciente se hubiera contagiado antes de que migrara a EE.UU., hace seis años.
El hombre estuvo recibiendo tratamiento antiparasitario combinado con la medicación contra el sida durante las dos semanas previas a la publicación y presentaba cierta mejora.
Un inmigrante de El Salvador de 31 años ha sido diagnosticado en EE.UU. con una inusual enfermedad cerebral de índole parasitaria. Lo atienden en la Clínica Universitaria de Stanford (Palo Alto, California), donde fue hospitalizado con dolores de cabeza, desconcierto mental y pérdida de equilibrio, según informaron sus médicos en una sinopsis del caso publicada el 10 de mayo en The New England Journal of Medicine.
Los síntomas, propios de los tumores cerebrales, obligaron a los médicos a practicarle ante todo una resonancia magnética del cráneo, la cual evidenció una aglomeración de gran tamaño (8x7x6 centímetros) en la parte superior de los hemisferios, cerca del vértice. Pero no fue un tumor sino un área inflamada del cerebro, consecuencia de una infección.
La cepa fue identificada por medio de un examen citológico de la masa cerebral, donde los especialistas divisaron docenas de microorganismos dentro de las células inmunes, y la posterior secuenciación de su genoma. Se trataba de parásitos protozoo flagelados de la especie Trypanosoma cruzi, que provocan la enfermedad de Chagas, endémica de una veintena de países de América Latina.
El parásito, transferido por algunos insectos, si accede al torrente sanguíneo, habitualmente ataca los intestinos. Los médicos conocen muy pocas ocasiones en que fueran descubiertos en los sesos.
Solo el sistema inmune debilitado les permite migrar hasta el cráneo, destaca Live Science refiriéndose al caso del hombre salvadoreño y también un antecedente registrado en el 2004. Ambos pacientes padecían también el sida.
Cuando los protozoos invaden el cerebro, se desarrollan abscesos con una mezcla de pus, células inmunes y otras sustancias derivadas de la infección, y este es el caso del paciente latino. La fase aguda de la enfermedad puede transcurrir sin síntomas específicos, solo con fiebre, mientras que la crónica dura años. Por eso no puede descartarse que el paciente se hubiera contagiado antes de que migrara a EE.UU., hace seis años.
El hombre estuvo recibiendo tratamiento antiparasitario combinado con la medicación contra el sida durante las dos semanas previas a la publicación y presentaba cierta mejora.