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Esmeralda Moreno defenderá su campeonato mundial minimosca contra Yesenia Gómez el próximo 19 de mayo, pero de manera paralela se prepara para una nueva experiencia: contender en las próximas elecciones como diputada federal por Nueva Alianza. Un camino difícil, reconoce, por el descrédito de la política en México.
“No tengo miedo de hacerlo, porque no vengo a servirme del poder ni temo ser utilizada para que ganen simpatizantes”, dice Esmeralda; “siempre he tenido la vocación del trabajo público, soy licenciada en Seguridad Ciudadana por la Universidad Autónoma del Estado de México y pensaba hacer una maestría en Ciencias Políticas, pero se abrió esta posibilidad”.
Esmeralda asegura que lo que la convenció fue su compromiso por trabajar para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, algo que insiste en cada ocasión que defiende su título, lo mismo protestando por los salarios que por el trato de las promotoras.
“Los deportistas no se atreven a declararse públicamente por sus principios políticos, tienen miedo al rechazo por la percepción negativa de la gente hacia los políticos, pero yo vengo del barrio, y mi vocación es honesta, así que no tengo miedo de hacerlo. Yo quiero servir a la gente”. La Jornada.
Esmeralda Moreno defenderá su campeonato mundial minimosca contra Yesenia Gómez el próximo 19 de mayo, pero de manera paralela se prepara para una nueva experiencia: contender en las próximas elecciones como diputada federal por Nueva Alianza. Un camino difícil, reconoce, por el descrédito de la política en México.
“No tengo miedo de hacerlo, porque no vengo a servirme del poder ni temo ser utilizada para que ganen simpatizantes”, dice Esmeralda; “siempre he tenido la vocación del trabajo público, soy licenciada en Seguridad Ciudadana por la Universidad Autónoma del Estado de México y pensaba hacer una maestría en Ciencias Políticas, pero se abrió esta posibilidad”.
Esmeralda asegura que lo que la convenció fue su compromiso por trabajar para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, algo que insiste en cada ocasión que defiende su título, lo mismo protestando por los salarios que por el trato de las promotoras.
“Los deportistas no se atreven a declararse públicamente por sus principios políticos, tienen miedo al rechazo por la percepción negativa de la gente hacia los políticos, pero yo vengo del barrio, y mi vocación es honesta, así que no tengo miedo de hacerlo. Yo quiero servir a la gente”. La Jornada.
