El Papa no quiere a obispos “especuladores”

05 mayo 2018
Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy 


El papa Francisco habla sobre los buenos obispos

El papa Francisco criticó ayer a los obispos que “se meten en negocios, que son especuladores, aquellos que siempre están ocupados o andan en todo momento con la valija en la mano”.

Durante el homilía de la misa matutina, que celebró en la capilla de la Casa Santa Marta (su residencia en el Vaticano), el Pontífice llamó a los pastores a no comportarse como empleados de la Iglesia, que cumplen su misión solo por la paga.

Francisco precisó que el verdadero obispo es quien vigila y vela por sus feligreses, aquellos que saben “defender a la grey de los lobos que vienen y dejan que su vida esté envuelta en la vida del rebaño”.

En su reflexión, partió de un pasaje bíblico que refiere cómo los primeros cristianos fueron turbados con razonamientos que trastornaron sus ánimos predicados por algunos que no tenían ningún cargo, pero que se presentaban como ortodoxos y verdaderos teólogos del cristianismo.

Sostuvo que las comunidades tienen “olfato” para identificar a los verdaderos obispos, los que son cercanos y conocen por su nombre “a cada oveja”.

Distinguió a los buenos obispos de los que actúan como empleados, que van por la paga y a quienes no les interesa “si viene el lobo y se come a una oveja”.

“¡Oh, este obispo! Sí, es bueno, pero no nos cuida mucho, siempre está muy ocupado. Este obispo se mete en negocios, es un poco especulador y esto no va. Este obispo se ocupa de cosas que no tienen que ver con su misión”, agregó.

“Siempre está con la valija en la mano, siempre por ahí, por todas partes, siempre está con la guitarra en la mano. ¿Cuántas veces se escuchan estas frases en la boca de los fieles? Así no está bien”, constató.

Por otra parte, advirtió ayer que tres escalones separan a la vida religiosa de la muerte: el dinero, la vanidad —que lleva al extremo de “pavonearse” de las pequeñas cosas—, y la soberbia. “De ahí nacen todos los vicios”, apuntó.

El Pontifice usó estas palabras durante una audiencia que concedió en el Palacio Apostólico a un grupo de asistentes a un congreso internacional sobre los desafíos de los religiosos que tiene lugar en el Vaticano.

A ellos les recomendó las “tres p”: Plegaria, pobreza y paciencia.

Entre otras cosas reconoció que algunos clérigos “buscan hacer carrera dentro de la Iglesia y eso no es bueno”, por eso los invitó a volver siempre a la oración.

El Papa lamentó que últimamente haya perdido fuerza el concepto de “radicalidad” de quienes dejan todo para dedicarse a la vida religiosa, también a causa de los “tantos problemas” que deben afrontar en su vida cotidiana.

Por ello, citó como ejemplo a la Madre Teresa de Calcuta, quien siempre “iba a buscarse problemas”, y era como “una máquina de ganarse dificultades”, porque se metía en un lado y en otro, pero “sus dos horas de oración diarias nadie se las quitaba”.

Más adelante advirtió que la vida consagrada no puede vivirse fuera de la pobreza, porque sin pobreza “no hay fecundidad”. Esta cualidad, siguió, defiende “del espíritu de la mundanidad porque el diablo entra por los bolsillos y, eso, todos lo saben”.

“Sin pobreza nunca podremos discernir bien qué está sucediendo en el mundo”, consideró, e invitó a todos a preguntarse ¿cómo está su pobreza?.

Recomendó la paciencia, porque sin esta virtud no se puede sostener la vida religiosa y por falta de ella existen “muchos carrierismos, guerras internas” en muchas congregaciones y deseos de hacer grupitos.

Destacó que la paciencia es clave porque ayuda a soportarse los unos a los otros, evita las discusiones internas “que son un escándalo”, además de ayudar a “llevar sobre los hombros los problemas, los sufrimientos del mundo y los problemas comunes”.
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