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El tenor Ramón Vargas está en su casa, el Palacio de Bellas Artes, para celebrar que hace 35 años debutó en ese escenario.
Desde entonces muchas cosas han pasado: se convirtió en uno de los cantantes de ópera mexicanos con mayor proyección internacional, logró ser una de las figuras del circuito operístico de más prestigio (desde la Metropolitan Opera House hasta La Scala) y encabezó a una generación que no ha dejado de pisar fuerte. Y, sin embargo, en la celebración dice: “Hoy México ganó un partido, pero nosotros metemos muchos goles, nomás que la gente no se da cuenta”.
Sus palabras consiguen un aplauso unánime. Anteanoche el tenor celebró 35 años de carrera con un concierto en el que estuvo acompañado de catorce jóvenes cantantes, egresados del Estudio de Ópera de Bellas Artes, proyecto que Vargas fundó a su paso como director artístico de la Ópera de Bellas Artes: las sopranos Rosario Aguilar, Lorena Flores, Graciela Morales y Patricia Santos; mezzosopranos Oralia Castro, Rosa Muñoz y Frida Portillo; tenores Enrique Guzmán, Ángel Macías y Edgar Villalva; barítonos Alberto Albarrán, Carlos Arámbula y Jorge Ruvalcaba, y bajo barítono Rodrigo Urrutia.
Antes de que se iniciara el concierto con la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Srba Dinici, Roberto Vázquez, subdirector del INBA, entregó al cantante un reconocimiento por su trayectoria, que el tenor agradeció con un breve discurso: “Hace 35 años debuté con esta orquesta en este lugar. Hemos crecido juntos, el coro y la orquesta son mis compañeros de vida porque me la paso muchas horas en ensayos, nos hemos encontrado en las buenas y en las malas, hemos estado siempre juntos. Lo que queremos es oír siempre la música y esto es lo que nos une finalmente”. Y añadió: “la música y el arte son los únicos medios para estar unidos, esta noche, por ejemplo, tenemos en la orquesta a compañeros de varias nacionalidades, podríamos poner un instrumentista de cada país del mundo y juntarnos en armonía para hacer música juntos para vibrar y para emocionar. Hoy aquí estamos juntos para eso, para estar juntos, emocionarnos y compartir. Lo más hermoso de mi carrera es compartir con el público”. Finalmente indicó que su carrera le ha dado mucho más de lo que jamás esperó. “Bendigo a la vida por esta aventura que todavía no termina y que tengo la dicha de compartir con ustedes”.
El programa estuvo conformado por arias de las óperas “La clemencia de Tito” (Mozart), “Lucia di Lammermoor” y “El elixir de amor” (ambas de Donizetti), “Los dos Foscari” (Verdi), “Los pescadores de perlas” (Bizet), “Werther” (Massenet) y “Los cuentos de Hoffman” (Offenbach). Y ante la ovación del público se interpretó “El murciélago” (Strauss).
Fuente:El Universal.
