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La familia de Diego Fernández Quintero logró reunir el dinero necesario para pagar la fianza que tiene imputada en una cárcel preventiva China. Sin embargo, esto lo hicieron en pesos mexicano y no en yuanes, por lo que sigue en la incertidumbre.
Diego fue encarcelado en China desde 2017, al haber sido denunciado por agresiones contra un ciudadano chino. Este juicio comenzó con una desestimación por falta de pruebas y después un encarcelamiento preventivo con una sentencia de nueve años de prisión con opción a una fianza de, en ese momento, 1.5 millones de pesos.
Su familia, desde Uruapan, de donde es originario, se comenzó a organizar para reunir el dinero para pagar la fianza. Esto lo logró en casi un año y medio desde que se le dictó sentencia por el delito de lesiones contra el ciudadano chino.
Sin embargo, su madre explicó a Aristegui Noticias, que aunque reunió la cantidad expresada en ese momento, no contempló que el cambio de divisas afectaría el monto final que presupone su fianza.
La sentencia se dictó con una fianza fijada en yuanes, que fueron traducidos a dólares, que finalmente fueron delegados al cambio mexicano, con la suma de un millón y medio de pesos.
Las variaciones en los precios de dólar, yuan y peso mexicano terminaron por modificar esa cantidad. Esto, evidentemente, no fue considerado por la familia, que tenía como prioridad conseguir una suma de por sí bastante alta.
Así mismo, explicó que tendrá que solicitar un préstamo para poder cubrir la fianza completa, antes de que se dicte formal prisión de nueve años contra Diego.
La familia de Fernández Quintero ha sido apoyada por la embajada mexicana en China, pero no le supo brindar la ayuda mínima para explicar que la sentencia estaba dictada en yuanes y que era necesario hacer una conversión cambiaría en todo momento para asegurar que la depreciación o apreciación del peso no viera afectada la recaudación.
Diego y su hermano Alejandro viajaron a China esperando estudiar medicina. El costo de su educación era solventado por trabajos de docencia que estaban realizando de manera particular.
Como todo foráneo, se vieron afectados por las barreras idiomáticas y xenófobas que se presentan en cada país al encontrarse con un extranjero. Así mismo, al no ser un residente oficial ni un ciudadano chino, su juicio no puede ser intercedido por autoridades mexicanas, a menos que se haga a través de abogados bajo las normativas del país en cuestión.
