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CIUDAD DE MÉXICO.- México cuenta con reservas petroleras probadas para 8.5 años, pues entre 1998 y 2018 se registró una reducción de 75.9% en estos recursos, ante la falta de inversión para exploración e incorporación de nuevos descubrimientos.
Analistas del sector aseguran que el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá enfrentar el resultado de décadas en las que se implementaron políticas fiscales que desincentivaron en muchos sentidos la operatividad de Pemex, ya que el mayor ingreso de México y el gasto corriente de sus distintos gobiernos provino de la industria petrolera.
Es así que una mayor explotación y la falta de inversión para exploración provocó el desplome de las reservas 1P (probadas), que pasaron de 35 mil 197 millones de barriles de petróleo equivalente, suficientes para 24 años, a 8 mil 484 millones de barriles de petróleo equivalente, que alcanzan para 8.5 años.
En el caso de las totales o 3P (probadas, probables, posible), que este año reportó la Comisión Nacional de Hidrocarburos, se registraron 25 mil 467 millones de barriles de petróleo equivalente, 64.9% o 47 mil 33 millones de barriles de petróleo menos respecto al pico de 72 mil 500 millones de barriles de petróleo que se alcanzó en 1983.
FACTORES
Para Miguel Labardini, experto del sector energético y socio de la consultora Marcos y Asociados, las reservas alcanzaron un buen nivel entre 1970 y 1980 por descubrimientos en Chiapas, pero sobre todo por Cantarell, considerado como uno de los cinco yacimientos más grandes del mundo.
Sin embargo, el declive natural era inevitable, lo que se sumó a que, por un tiempo, Pemex decidió enfocarse en el desarrollo y explotación de los campos que ya tenía descubiertos, y posteriormente la falta de recursos no le permitió avanzar a la par de las obligaciones fiscales a las que era obligada por los distintos gobiernos.
Miriam Grunstein, analista del sector y fundadora de la consultora Brilliant Energy, coincidió en que las condiciones a las que era sometida la empresa por parte de la Secretaría de Hacienda también desincentivó estos trabajos.
En exploración te tardas en ver los resultados y en producción tienes ingresos inmediatos, por años se implementó una política extractiva”.
Los analistas coincidieron en la necesidad de que el nuevo gobierno siga estimulando la participación de las empresas privadas para que hagan trabajos de exploración que permitan dar frutos en el mediano y largo plazos.
Esto hará posible realizar una cuantificación “más real” de las reservas que tiene el país, e incluso alcanzar nuevos descubrimientos como con el pozo Zama en 2017.
Grunstein dijo que “puede no ser un problema real, sino más bien una pobreza exploratoria ... Es posible que México aun pudiera tener reservas importantes que no han sido detectadas por falta de exploración”.
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