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Luego de las pisadas en falso de los relevistas en noches seguidas en el Kukulcán, los Leones tuvieron una combinación de todo, propiciando una auténtica bocanada de oxígeno. Y fue en el momento justo.
El dominicano César Valdez bordó su mejor actuación desde que llegó a la cueva y sus compañeros desplegaron una ofensiva de 15 inatrapables para vencer 9-1 a los Olmecas de Tabasco.
Con su triunfo en el primer juego de la serie en el Kukulcán, los melenudos rompieron una rachita de tres derrotas en general y una de cuatro reveses en casa.
El resultado deja a los Leones con ganancia, pues se acercaron a medio juego de los Diablos Rojos, líderes de la Zona Sur, que cayeron ante los Pericos de Puebla. Y los de la Angelópolis van de la mano con las fieras.
Otro punto destacado es que los selváticos podrían amarrar hoy su boleto a la postemporada, pues Oaxaca, que no jugó ayer, tendrá doble partido hoy.
Para que los Guerreros, quintos en la tabla, den alcance a Yucatán, tendrán que ganar sus seis partidos restantes y los melenudos perder sus cinco. León, cuarto en la tabla, puede matemáticamente bajar a los Leones. Los demás están fuera de toda posibilidad de estar entre los primeros cuatro.
La noche fue redonda para los Leones. Álvarez nunca estuvo en un lecho de rosas, pero a veces lo más importante es poder apretar a la hora buena. Cubrió la octava sin mucho problema y, por el número de pitcheos realizados, pudo ir a la novena. Pero la ventaja era amplia y lo guardaron. Pero allí queda su labor: ocho completas con una carrera, ocho hits, una base y nueve ponches, con 94 disparos, entre ellos 73 straics.
Sólido, durable. Como ya dijimos, oxígeno puro en una etapa en que los Leones estaban urgidos de eso: pitcheo del bueno. Buena noche al ataque, sin duda. Tabasco se fue al frente en la cuarta y rápido los Leones empataron y se fueron al frente con un gran racimo de cinco carreras, en una entrada en que Leo Heras bateó un hit, el número mil de su carrera. Fue una rociadera de hits, seis en total.
Y reiteramos: hacía falta algo así. En la octava, dos bases y cuatro imparables sirvieron para otro ataque grande, de cuatro más. De los nueve titulares, sólo Sebastián Valle no tuvo imparables, pero puso la pelota dos veces al pie de la cerca, en batazos que se hubieran ido tras la verja.
Luis Juárez y Matt Clark dispararon a tres a tierra de nadie y Everth Cabrera, Heras y Diego Madero a dos. Vale destacar el hecho de ver en el terreno de juego a un yucateco: Adrián Nicoli, nativo de Progreso. Tuvo un turno en la novena y rolateó a segunda. Gusto, porque ha sido escasa la participación de los de casa en el circuito profesional. Y más grato que, como ocurre en nuestro parque de pelota, cada que cae el último aut el Kukulcán se inunda de pequeños y adultos jugando a la pelota. El famoso campo de los sueños que esperemos nunca se acabe.
Eso y la victoria en noche redonda mereció la pena, sin duda.— Gaspar Silveira M.
Luego de las pisadas en falso de los relevistas en noches seguidas en el Kukulcán, los Leones tuvieron una combinación de todo, propiciando una auténtica bocanada de oxígeno. Y fue en el momento justo.
El dominicano César Valdez bordó su mejor actuación desde que llegó a la cueva y sus compañeros desplegaron una ofensiva de 15 inatrapables para vencer 9-1 a los Olmecas de Tabasco.
Con su triunfo en el primer juego de la serie en el Kukulcán, los melenudos rompieron una rachita de tres derrotas en general y una de cuatro reveses en casa.
El resultado deja a los Leones con ganancia, pues se acercaron a medio juego de los Diablos Rojos, líderes de la Zona Sur, que cayeron ante los Pericos de Puebla. Y los de la Angelópolis van de la mano con las fieras.
Otro punto destacado es que los selváticos podrían amarrar hoy su boleto a la postemporada, pues Oaxaca, que no jugó ayer, tendrá doble partido hoy.
Para que los Guerreros, quintos en la tabla, den alcance a Yucatán, tendrán que ganar sus seis partidos restantes y los melenudos perder sus cinco. León, cuarto en la tabla, puede matemáticamente bajar a los Leones. Los demás están fuera de toda posibilidad de estar entre los primeros cuatro.
La noche fue redonda para los Leones. Álvarez nunca estuvo en un lecho de rosas, pero a veces lo más importante es poder apretar a la hora buena. Cubrió la octava sin mucho problema y, por el número de pitcheos realizados, pudo ir a la novena. Pero la ventaja era amplia y lo guardaron. Pero allí queda su labor: ocho completas con una carrera, ocho hits, una base y nueve ponches, con 94 disparos, entre ellos 73 straics.
Sólido, durable. Como ya dijimos, oxígeno puro en una etapa en que los Leones estaban urgidos de eso: pitcheo del bueno. Buena noche al ataque, sin duda. Tabasco se fue al frente en la cuarta y rápido los Leones empataron y se fueron al frente con un gran racimo de cinco carreras, en una entrada en que Leo Heras bateó un hit, el número mil de su carrera. Fue una rociadera de hits, seis en total.
Y reiteramos: hacía falta algo así. En la octava, dos bases y cuatro imparables sirvieron para otro ataque grande, de cuatro más. De los nueve titulares, sólo Sebastián Valle no tuvo imparables, pero puso la pelota dos veces al pie de la cerca, en batazos que se hubieran ido tras la verja.
Luis Juárez y Matt Clark dispararon a tres a tierra de nadie y Everth Cabrera, Heras y Diego Madero a dos. Vale destacar el hecho de ver en el terreno de juego a un yucateco: Adrián Nicoli, nativo de Progreso. Tuvo un turno en la novena y rolateó a segunda. Gusto, porque ha sido escasa la participación de los de casa en el circuito profesional. Y más grato que, como ocurre en nuestro parque de pelota, cada que cae el último aut el Kukulcán se inunda de pequeños y adultos jugando a la pelota. El famoso campo de los sueños que esperemos nunca se acabe.
Eso y la victoria en noche redonda mereció la pena, sin duda.— Gaspar Silveira M.
Fuente: megamedia.
