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Frustrados por las demoras para que nuevos medicamentos recientemente aprobados en otros lugares del mundo lleguen a sus países, un número pequeño pero creciente de pacientes recurre a una firma intermediaria en internet que se presenta a sí misma como una versión legal de “El club de los deshauciados”.
Mientras los reguladores sanitarios advierten del riesgo de comprar fármacos online, Social Medwork, con sede en Ámsterdam, cree que su red de proveedores de confianza está llenando un vacío en el mercado de las medicinas innovadoras contra dolencias como el cáncer, la migraña y la esclerosis múltiple.
La firma registrada en el Ministerio de Salud de Holanda como intermediaria de medicamentos ahora está buscando elevar su perfil y expandirse, sumando a la excomisaria de la UE Neelie Kroes en su junta de supervisión y asegurándose 1,5 millones de euros (1,73 millones de dólares) en nueva financiación del fondo de capitales Social Impact Ventures.
Al igual que Ron Woodroof, el enfermo de sida de la película “El club de los deshauciados”, los pacientes que no pueden obtener los medicamentos que desean a través de los sistemas de salud locales usan Social Medwork para auto-importar los fármacos desde otros países.
Pero a diferencia de Woodroof, que tuvo que contrabandear medicamentos a través de la frontera con México, los clientes de Social Medwork pueden realizar pedidos online legalmente, siempre que tengan una receta y una carta del médico que indique que el remedio es estrictamente para uso personal.
En los últimos 18 meses, el grupo ha provisto a más de 3,000 pacientes, como Senty Bera, una británica de 43 años que padece migraña y recientemente usó el sistema para comprar Aimovig, una novedosa inyección mensual de Amgen y Novartis que apunta a un químico que desencadena los ataques migrañosos.
“Mi calidad de vida era tan mala que pensé que valía la pena intentarlo y está funcionando de manera brillante”, dijo Bera. Aimovig no está aprobado por servicio estatal de salud de Gran Bretaña. La reputación del medicamento hace que sea uno de los más vendidos de Social Medwork, a pesar de su elevado costo de 698 euros por dos dosis autoinyectables.
Una portavoz de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Gran Bretaña confirmó que no había restricciones formales a la importación de dichas medicinas para uso personal.
En el pasado, las redes informales de compra de fármacos han ayudado a adquirir versiones genéricas baratas de tratamientos para el VIH y la hepatitis C. Pero el grupo holandés, que cobra una tarifa de alrededor del 6 por ciento, afirma ser la única organización enfocada en medicinas de marca recién aprobadas.
Con clientes en 70 países, ofrece acceso, entre otros, a nuevos medicamentos contra el cáncer aprobados en Estados Unidos pero que aún no están disponibles en otros lugares, así como fármacos para dolencias crónicas como el nuevo tratamiento para la esclerosis múltiple Ocrevus de Roche.
El fundador, Sjaak Vink, dice que internet permite que los pacientes sean cada vez más conscientes de las demoras de meses o incluso años para recibir nuevas medicinas luego de una primera aprobación en otro país. “Realmente necesitamos zanjar esta brecha porque esta situación es ridícula”, expresó.
Fuente: El Periódico de México
Frustrados por las demoras para que nuevos medicamentos recientemente aprobados en otros lugares del mundo lleguen a sus países, un número pequeño pero creciente de pacientes recurre a una firma intermediaria en internet que se presenta a sí misma como una versión legal de “El club de los deshauciados”.
Mientras los reguladores sanitarios advierten del riesgo de comprar fármacos online, Social Medwork, con sede en Ámsterdam, cree que su red de proveedores de confianza está llenando un vacío en el mercado de las medicinas innovadoras contra dolencias como el cáncer, la migraña y la esclerosis múltiple.
La firma registrada en el Ministerio de Salud de Holanda como intermediaria de medicamentos ahora está buscando elevar su perfil y expandirse, sumando a la excomisaria de la UE Neelie Kroes en su junta de supervisión y asegurándose 1,5 millones de euros (1,73 millones de dólares) en nueva financiación del fondo de capitales Social Impact Ventures.
Al igual que Ron Woodroof, el enfermo de sida de la película “El club de los deshauciados”, los pacientes que no pueden obtener los medicamentos que desean a través de los sistemas de salud locales usan Social Medwork para auto-importar los fármacos desde otros países.
Pero a diferencia de Woodroof, que tuvo que contrabandear medicamentos a través de la frontera con México, los clientes de Social Medwork pueden realizar pedidos online legalmente, siempre que tengan una receta y una carta del médico que indique que el remedio es estrictamente para uso personal.
En los últimos 18 meses, el grupo ha provisto a más de 3,000 pacientes, como Senty Bera, una británica de 43 años que padece migraña y recientemente usó el sistema para comprar Aimovig, una novedosa inyección mensual de Amgen y Novartis que apunta a un químico que desencadena los ataques migrañosos.
“Mi calidad de vida era tan mala que pensé que valía la pena intentarlo y está funcionando de manera brillante”, dijo Bera. Aimovig no está aprobado por servicio estatal de salud de Gran Bretaña. La reputación del medicamento hace que sea uno de los más vendidos de Social Medwork, a pesar de su elevado costo de 698 euros por dos dosis autoinyectables.
Una portavoz de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Gran Bretaña confirmó que no había restricciones formales a la importación de dichas medicinas para uso personal.
En el pasado, las redes informales de compra de fármacos han ayudado a adquirir versiones genéricas baratas de tratamientos para el VIH y la hepatitis C. Pero el grupo holandés, que cobra una tarifa de alrededor del 6 por ciento, afirma ser la única organización enfocada en medicinas de marca recién aprobadas.
Con clientes en 70 países, ofrece acceso, entre otros, a nuevos medicamentos contra el cáncer aprobados en Estados Unidos pero que aún no están disponibles en otros lugares, así como fármacos para dolencias crónicas como el nuevo tratamiento para la esclerosis múltiple Ocrevus de Roche.
El fundador, Sjaak Vink, dice que internet permite que los pacientes sean cada vez más conscientes de las demoras de meses o incluso años para recibir nuevas medicinas luego de una primera aprobación en otro país. “Realmente necesitamos zanjar esta brecha porque esta situación es ridícula”, expresó.
Fuente: El Periódico de México