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Casi la mitad de los militares estadounidenses cree que EE.UU. podría participar en una guerra a gran escala en 2019, y la mayoría considera que la principal amenaza exterior para su país son China y Rusia, según se desprende de una reciente encuesta realizada por el periódico Military Times. El experto militar Mijaíl Jodariónok analiza en un artículo para RT si existe fundamento que justifique esta ansiedad entre los soldados.
"Piensan que es inminente, pero no saben qué tipo de guerra será"
De entrada, el analista subraya que los encuestados no aclararon qué tipo de guerra con Rusia esperan, ni presentaron ningún análisis sobre un posible conflicto armado estratégico entre Moscú y Washington. Además, los militares estadounidenses no tomaron en consideración las últimas tendencias y cambios "en la forma en que nuestros países combatirán en el futuro cercano".
Por otro lado, tampoco mencionaron "las tres cosas más importantes que desempeñan un papel primordial en cualquier guerra": los objetivos, los métodos y formas para alcanzar esos objetivos, y los medios, recalca Jodariónok. "Básicamente, piensan que la guerra es inminente, pero no saben qué tipo de guerra será", añade.
"Evitar pisarse entre sí"
El experto militar hace hincapié en que, pese a que las tensiones en las relaciones entre Rusia y EE.UU. "han aumentado significativamente", ni Washington ni Moscú han sugerido que estén dispuestos a usar las Fuerzas Armadas "para alcanzar objetivos militares y políticos", sin que haya tampoco "disputas ideológicas, económicas o territoriales que puedan provocar una guerra a gran escala dentro de un año".
De hecho, en opinión del analista, los conflictos armados locales existentes y potenciales "no causarán una guerra importanteentre Rusia EE.UU.", siendo un claro ejemplo la situación actual en Siria, pues tanto Moscú como Washington "hacen todo lo posible para evitar pisarse el uno al otro en esa región".
Asimismo, el experto reclaca que, incluso si los dos países se preparasen para una guerra a gran escala "lo más rápido que puedan", este proceso "llevaría al menos seis meses". Sin embargo, en la actualidad no hay datos de inteligencia que indiquen que el despliegue estratégico de tropas haya comenzado en ninguno de los dos países, lo que significa que "ninguna de las partes se está preparando para un conflicto militar a gran escala".
"Una prolongada guerra nuclear mundial"
Sea como fuere, si intentamos clasificar un conflicto hipotético entre EE.UU. y Rusia, lo más probable es que se tratara de "una prolongada guerra nuclear mundial", que se caracterizaría desde el principio por "un uso ilimitado de todas las armas de destrucción masiva disponibles, principalmente arsenales nucleares estratégicos", lo que acarrearía una "catastrófica repercusión no solo para las dos naciones beligerantes, sino también para todos los demás países del mundo", asevera Jodariónok, añadiendo que "tanto Occidente como Oriente lo saben perfectamente".
En este sentido, destaca un artículo publicado en septiembre por James Andrew Lewis, vicepresidente principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington, que constata que, con el advenimiento de las armas nucleares, las principales potencias han tratado de evitar la confrontación militar directa, volviéndose costosas y arriesgadas las guerras entre grandes estados fuertemente armados.
"Echar leña al fuego"
En cuanto a la encuesta de Military Times, el analista recuerda que no se puede realizar un sondeo de este tipo entre soldados sin la aprobación de los principales funcionarios militares y gubernamentales, y que, la mayoría de las veces, los resultados de estos cuestionarios "se conocen de antemano". En otras palabras, "serán lo que se les ordene que sean".
"Parece que en este caso la orden fue echar leña al fuego, pero no más que eso", concluye el analista, agregando que, en cualquier caso, "no sería prudente tratar los resultados de la encuesta como un indicio de lo que la Administración de EE.UU. pretende hacer con la guerra y la paz en un futuro cercano".
Casi la mitad de los militares estadounidenses cree que EE.UU. podría participar en una guerra a gran escala en 2019, y la mayoría considera que la principal amenaza exterior para su país son China y Rusia, según se desprende de una reciente encuesta realizada por el periódico Military Times. El experto militar Mijaíl Jodariónok analiza en un artículo para RT si existe fundamento que justifique esta ansiedad entre los soldados.
"Piensan que es inminente, pero no saben qué tipo de guerra será"
De entrada, el analista subraya que los encuestados no aclararon qué tipo de guerra con Rusia esperan, ni presentaron ningún análisis sobre un posible conflicto armado estratégico entre Moscú y Washington. Además, los militares estadounidenses no tomaron en consideración las últimas tendencias y cambios "en la forma en que nuestros países combatirán en el futuro cercano".
Por otro lado, tampoco mencionaron "las tres cosas más importantes que desempeñan un papel primordial en cualquier guerra": los objetivos, los métodos y formas para alcanzar esos objetivos, y los medios, recalca Jodariónok. "Básicamente, piensan que la guerra es inminente, pero no saben qué tipo de guerra será", añade.
"Evitar pisarse entre sí"
El experto militar hace hincapié en que, pese a que las tensiones en las relaciones entre Rusia y EE.UU. "han aumentado significativamente", ni Washington ni Moscú han sugerido que estén dispuestos a usar las Fuerzas Armadas "para alcanzar objetivos militares y políticos", sin que haya tampoco "disputas ideológicas, económicas o territoriales que puedan provocar una guerra a gran escala dentro de un año".
De hecho, en opinión del analista, los conflictos armados locales existentes y potenciales "no causarán una guerra importanteentre Rusia EE.UU.", siendo un claro ejemplo la situación actual en Siria, pues tanto Moscú como Washington "hacen todo lo posible para evitar pisarse el uno al otro en esa región".
Asimismo, el experto reclaca que, incluso si los dos países se preparasen para una guerra a gran escala "lo más rápido que puedan", este proceso "llevaría al menos seis meses". Sin embargo, en la actualidad no hay datos de inteligencia que indiquen que el despliegue estratégico de tropas haya comenzado en ninguno de los dos países, lo que significa que "ninguna de las partes se está preparando para un conflicto militar a gran escala".
"Una prolongada guerra nuclear mundial"
Sea como fuere, si intentamos clasificar un conflicto hipotético entre EE.UU. y Rusia, lo más probable es que se tratara de "una prolongada guerra nuclear mundial", que se caracterizaría desde el principio por "un uso ilimitado de todas las armas de destrucción masiva disponibles, principalmente arsenales nucleares estratégicos", lo que acarrearía una "catastrófica repercusión no solo para las dos naciones beligerantes, sino también para todos los demás países del mundo", asevera Jodariónok, añadiendo que "tanto Occidente como Oriente lo saben perfectamente".
En este sentido, destaca un artículo publicado en septiembre por James Andrew Lewis, vicepresidente principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington, que constata que, con el advenimiento de las armas nucleares, las principales potencias han tratado de evitar la confrontación militar directa, volviéndose costosas y arriesgadas las guerras entre grandes estados fuertemente armados.
"Echar leña al fuego"
En cuanto a la encuesta de Military Times, el analista recuerda que no se puede realizar un sondeo de este tipo entre soldados sin la aprobación de los principales funcionarios militares y gubernamentales, y que, la mayoría de las veces, los resultados de estos cuestionarios "se conocen de antemano". En otras palabras, "serán lo que se les ordene que sean".
"Parece que en este caso la orden fue echar leña al fuego, pero no más que eso", concluye el analista, agregando que, en cualquier caso, "no sería prudente tratar los resultados de la encuesta como un indicio de lo que la Administración de EE.UU. pretende hacer con la guerra y la paz en un futuro cercano".