El avión presidencial de la gestión de Enrique Peña Nieto hizo su último viaje oficial desde la Cumbre del G20 en Argentina, pues según el equipo del gobierno entrante, este lunes 3 de diciembre, la aeronave partirá del hacia una sala de exposición de la empresa francesa Boeing para ser vendido.
“Se va, se va, se va el avión presidencial. También se pondrán en venta toda la flotilla de funcionarios públicas”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo capitalino, durante su segundo discurso como mandatario este sábado.
El viernes, el próximo coordinador de Comunicación Social, Jesús Ramírez, dijo que el avión partirá a las 11 de la mañana, sin dar mayores detalles.
“Se pondrá a la venta a partir de ese día que llegue a donde se va a colocar. Debe ser un proceso de licitación y venta acorde con las leyes… en acuerdo con Boeing”, dijo el vocero, quien mencionó que ese mismo lunes se informarán los detalles de la operación.
Una de las promesas de campaña de López Obrador fue vender el avión presidencial por cosiderarlo de altos costo. Incluso, previo a la elección del 1 de julio, el hoy presidente electo afirmó que de ganar la Presidencia se trasladaría en vuelos comerciales.
Este 29 de noviembre, Gustavo Jimenez-Pons, dueño y presidente de GBS Air Enterprises, quien ofertó 1,900 millones de pesos para comprar el Boeing 787 Dreamliner, descartó ya la posibilidad de comprar la aeronave, pues dijo que no hay señales de que el próximo gobierno lo quiera vender.
“Decidimos desistirnos de esa intención de compra, creemos que fue una ocurrencia de campaña”, explicó en entrevista para Milenio Televisión.
“Yo creo que dos cartas, a lo largo de más de dos meses sin obtener respuesta, pues demuestra que este próximo gobierno no tiene de ninguna manera la intención de vender estos aviones”, respondió.