Quien habla es Julián Peribañez, un investigador
privado español que estuvo ocho meses buscando a Madeleine McCann en
el Algarve, la zona turística de Portugal donde desapareció la pequeña en 2007.
El interés en el caso se reavivó en las últimas semanas
luego de Netflix lanzara una serie documental que busca dar
respuestas a algunas de las principales incógnitas que persisten a 12 años de
la desaparición de Maddie, publicó el portal Infobae.
Si bien analiza las diversas líneas de investigación que se
abordaron durante la última década, la serie abona la teoría de que la niña
británica que tenía tres años en 2007 fue secuestrada y probablemente esté
viva.
Los padres, Kate y Gerry McCann, no participaron de la
producción porque creen que la serie no ayuda con el objetivo de encontrar a la
niña. Además, rechazan la intervención de Gonzalo Amaral, el detective
portugués que lideró el caso los meses posteriores a la desaparición y
acusó a los propios progenitores.
"Los padres de Madeleine no tienen nada que ver en
esto. Yo me reuní con ellos. En un momento estábamos hablando de todas las
líneas de investigación y llegué a la hipótesis de una organización de
pedofilia. En ese momento, vi cómo ellos aguantaban estoicamente. Les vi
cayendo las lágrimas y aguantando estoicamente toda la historia. Les creí. Las
acusaciones contra ellos son infundadas, sin pruebas", aseguró Peribañez
en diálogo con MDZ.
Doce años después, Peribañez está convencido de que la niña
está viva. "Creo que se la llevó un grupo organizado, los horarios de
la familia eran caóticos", conjeturó.
Maddie desapareció de su cuarto mientras sus padres comían
con amigos en un restaurante del complejo vacacional Ocean Club, en Praia da
Luz. Los adultos habían organizado un sistema para revisar las habitaciones
donde los niños dormían. De ahí que Peribañez cree que el secuestro solo pudo
haber sido posible si los adultos eran monitoreados mientras cenaban.
"Podían pasar 5 ó 20 minutos para que se levanten (los
adultos que comían en el restaurante para ver a los niños). El control sobre
eso sólo lo puede realizar un grupo de entre 3 y 4 personas en diferentes localizaciones
para ver el perímetro y el apartamento donde estaba Madelein. Para no
dejar ni rastros, debía ser un grupo muy coordinado", evaluó Peribañez, el
investigador que entró al caso cuando la familia contrató a la agencia
española Método 3.
Además dio una explicación por la supuesta insensibilidad que mostraron los padres en el primer contacto con los medios tras la desaparición de Maddie. Dijo que seguían órdenes de la Policía, que les habían dicho que los secuestradores suelen gratificarse con la angustia de la familia.