GUATEMALA. Un hombre en Guatemala fue condenado a 513 años de prisión por violar a 14 mujeres.
Mario René Zet Mich, un violador serial guatemalteco de 40 años, fue encontrado culpable de los delitos de plagio o secuestro y violación con agravación de la pena y circunstancias especial de agravación.
El fallo fue emitido por el Juzgado Pluripersonal de Sentencia Penal de Delitos de Feminicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer del departamento de Guatemala, donde el inculpado fue condenado a 513 años de prisión y al pago de una multa de 260 mil quetzales (aproximadamente 34 mil dólares).
De acuerdo a la investigación, el agresor, que fue detenido en 2015, cometió los abusos entre los años 2010, 2013 y 2015, contra niñas, adolescentes y mujeres adultas, cuyas edades oscilaban entre los 12 y 37 años.
Las víctimas fueron obligadas por Mario René a caminar hacia áreas desoladas y boscosas del bulevar Alamedas de Yumar, entre los kilómetros 17 y 18.5 de la carretera que lleva al municipio de San Juan Sacatepéquez, donde eran agredidas.
Narraron que el agresor se acercaba a ellas cuando iban solas y las abordaba “de forma amable”. Luego las empujaba a los matorrales para tratar de asfixiarlas y golpearlas. También las amenazaba con un arma (ya sea blanca o de fuego) para quitarles su dinero y teléfono celular.
Tras agredirlas sexualmente las abandonaba indicándoles que contaran “entre 300 a 500” para que no vieran el camino por donde escapaba.
Las pesquisas de la Fiscalía revelaron que estos delitos fueron cometidos los martes y miércoles, de 7 a 9 de la mañana o de 18 a 21 horas. Estos horarios obedecían a que los trabajos temporales de Mario René le permitía tener jornadas aleatorias.
El perfil presentado por el Ministerio Público califica a este violador como:
Un agresor altamente peligroso debido a que los resultados de su actuar develan un patrón de comportamiento compulsivo y sádico que ha ido haciéndose complejo y metódico en el curso del tiempo”.
Esto se refleja en el modo de actuar de este hombre, que solía causarles lesiones físicas (en el cuello o en los pechos, que eran mordidos por el agresor) a las víctimas para impedir que respiraran normalmente y debilitarlas.
En 2018 se presentaron 8 mil 694 denuncias por violación en Guatemala (una cada 60 minutos).