El sector de las micros, pequeñas y medianas
empresas (Mipymes), que en Yucatán se encuentra representado por más
de 100 mil, enfrenta actualmente diversos problemas que
dificultan su crecimiento y sólo les permiten “vivir al día”.
De acuerdo con los resultados de la segunda edición de la Encuesta
Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Mipymes 2018 (Enaproce),
que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 22.5
por ciento de los micronegocios manifestó no tener intención de crecer.
Esto, debido a temores por la inseguridad, mientras un 18
por ciento de los casos, por considerar que los asuntos administrativos son
complicados, con una incidencia de 24.5 por ciento; asimismo, porque consideran
que los trámites son costosos, en un 4.8 por ciento, y porque se dicen
satisfechos con su empresa, en un 47.4 por ciento.
El 40 por ciento de las microempresas tiene una situación
contable precaria y una consecuencia de esta débil administración es que dos
terceras partes no llevan indicador de desempeño del negocio.
Financiamiento
Las cifras señalan que sólo el 8 por ciento de los
micronegocios tuvo algún acceso de financiamiento, con una tasa de interés
promedio del 11.7 por ciento.
Comparado con la encuesta de 2015, el 11 por ciento de las
microempresas recibió financiamiento.
De las MiPymes que no recibieron crédito bancario, el 70 por
ciento dijeron que no le interesa tenerlo y que tampoco lo recibirían, por
considerarlo muy costoso.
El 20 por ciento sí recibió financiamiento a una tasa de
13.7 por ciento en promedio.
En muchos casos, quienes tienen acceso a un crédito, utilizan
los recursos para resolver problemas a corto plazo, lo que les impide tener un
plan para crecer, ya que terminan pagando otros créditos, comprando insumos o
pagando la nómina.
En México existen 4.2 millones de micros, pequeñas y
medianas empresas (Mipymes), de las cuales el 97 por ciento pertenece al
universo de los micronegocios.
De acuerdo con especialistas, las Mipymes son generadoras de
valor económico, por eso es importante fortalecer áreas como las habilidades
gerenciales, las fuentes de financiamiento, los apoyos gubernamentales y su
integración a las cadenas productivas, que es donde hay más productividad.