En meses recientes, el presidente de la Cámara Nacional de
Comercio, Servicios y Turismo de Mérida (Canaco), Michel Salum Francis, exhortó
al Servicio de Administración Tributaria (SAT) a regularizar
paulatinamente los negocios informales, porque con esto se reducirá la
venta de mercancía de “dudosa procedencia” en calles, tianguis y mercados de la
capital yucateca.
Con el fin de ejemplificar el daño que causa a la economía
la actividad informal, de acuerdo con datos correspondientes al cuarto
trimestre de 2018 del Observatorio Laboral, una persona del mercado informal
puede ganar más de 15 mil pesos mensuales con la venta de botellas de agua,
jugos, dulces o botanas en los alrededores del Centro Histórico, poco más que
una persona con título universitario.
Otro dato que destaca el Observatorio es que un vendedor
informal gana en promedio 500 pesos diarios, cuando está ubicado en los mejores
puntos de consumo del centro de la capital yucateca, mientras que un trabajador
formal gana poco más de 100 pesos por jornada laboral.
La Canaco Mérida ha señalado en varias ocasiones por qué la
actividad informal pone en jaque la salud laboral de las personas y, sobre
todo, la seguridad pública, porque es ilícita la venta de productos, alimentos
y bebidas que pudieran ser de contrabando o sin registro sanitario.
El sector empresarial también ha mencionado que, con la
incorporación de los comerciantes informales al padrón de contribuyentes del
SAT, se combatiría el robo a camiones transportadores de mercancía en el país,
pues estos productos se venden en calles y tianguis.
De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes
(Anpec), a pesar de las estrategias para incrementar el salario mínimo a nivel
nacional, las condiciones laborales en México han llevado al 52 por ciento de
sus habitantes, a trabajar en el mercado informal.