Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), afirmó que en el operativo fallido en Culiacán, Sinaloa, hubo amenazas del crimen para atacar a la población civil en Chihuahua, Sonora y Durango.
En la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Sandoval indicó que hubo también intentos de sobornos a las autoridades militares y éstas, al no aceptar, fueron amenazados de muerte.
"La actuación de la delincuencia organizada se caracterizó por una convocatoria de los grupos delincuenciales en Sinaloa, ofreciendo recursos a quien se uniera atacar a las fuerzas federales, el empleo de técnicas militares y armamento automático y antiaéreo; chalecos y cascos tácticos, empleo de vehículos con blindaje de fábrica y artesanal.
"Volteos y robo de vehículos para ser confundidos con la población, incluso, integrantes de la delincuencia drogados durante los hechos. Uso intensivo de radios análogos y digitales; y el intento de soborno al comandante de la fuerza de intervención por tres millones de dólares", detalló Sandoval.
También recibieron ataques armados el personal militar en servicios aislados y periodo de descanso, sus familias en las zonas militares y se emitieron mensajes de amenazas de agredir a la población civil, primero en Culiacán y luego en otros estados.
Para detener a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín "Chapo" Guzmán, aseguró, se consideró la ubicación, la fijación y el aislamiento del delincuente; así como el establecimiento de dos círculos de seguridad con cerca de 120 elementos que estaban cubriendo el círculo exterior, pero que no pudieron llegar a su lugar destinado.
De acuerdo con el general de la Sedena, Ovidio Guzmán nunca estuvo a disposición de alguna autoridad federal o ministerial hasta llegar al aeropuerto, donde finalmente se dejó en libertad.
Añadió que ya se designó un equipo de la Fiscalía Militar para que se asegure de que en la plaza de Culiacán, durante la ejecución del operativo, se infringió o no la disciplina militar.
Sandoval puntualizó que en la operación se evitó emplear el armamento aéreo del despliegue que se realizó para el operativo, pues pudo afectarse a la población civil. Los helicópteros se desplegaron en cinco puntos con alta capacidad para abrir fuego en contra de los criminales, pero "haría que peligrara la población".