A horas de que reanuden la actividad comercial en el Centro Histórico algunas calles continúan cerradas, pero ya están tomadas por toreros (vendedores ambulantes), aun cuando aseguran que respetarán las medidas sanitarias y comerciales establecidas por el Gobierno capitalino.
Este escenario se repite sobre República de Guatemala, Academia, Corregidora, Correo Mayor y Venustiano Carranza, prácticamente en todo el perímetro del Centro Histórico, donde la gente se agolpa, las vialidades compartidas no se respetan del todo y algunos comercios formales ya alzaron las cortinas.
Incluso hubo otros que por necesidad tuvieron que desafiar los ordenamientos de las autoridades capitalinas, como la señora Cecilia, que con su hermana vende artículos de belleza, y ahora también cubrebocas. La comerciante admitió que desde hace dos semanas tuvo que abrir su local, ubicado en la calle República de Argentina, pues ya no tenía ni para comer.
“El dinero no me alcanzaba para el gasto diario. Sólo le pude pagar unas semanas a mis empleadas, porque lo poco que tenía era para que sobreviviera mi familia, pero ya se me acabó todo”, detalló.
En tanto, los comerciantes establecidos comenzaron con la limpieza de cortinas y locales, tanto restaurantes como tiendas de ropa o plazas comerciales, como los de la agrupación Concepción Escobedo, A.C., que está ubicada en el número 38 de la calle Academia, donde los locatarios aseguran tener todo listo para reabrir este martes.
Y aunque los restaurantes podrán reabrir a partir de mañana, en el primer cuadro de la Ciudad varios de ellos ya dan servicio. La gente consume en el mismo lugar y algunos otros piden para llevar.
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, comentó ayer que con el cambio de color en el semáforo epidemiológico esperan que alrededor de un millón y medio de personas regresen a esta zona de la capital, debido al número de trabajadores que ahí laboran, así como de quienes acuden a comprar.
En conferencia de prensa virtual, que ofreció desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en cuyos alrededores el bullicio de la gente es cada vez mayor, la mandataria reconoció que esto representa un riesgo para la salud, pero destacó que lo importante en estos momentos es ver cómo se enfrenta.
En algunas calles cercanas a la sede del Gobierno capitalino se recortaron los carriles para los vehículos, para hacerlas peatonales, pero en realidad los espacios son ocupados como estacionamiento, no sólo de autos y motociclistas particulares.
En otras vialidades de acceso controlado, como 5 de Mayo, los policías capitalinos no permiten el paso a las personas, salvo que trabajen en los edificios que hay ahí o que vayan a realizar algún trámite.
Sobre las calles de República de Uruguay, Venezuela y Perú cientos de comerciantes ambulantes salieron a ofrecer sus productos y sus pregones irrumpen en esta arteria; es el regreso a la nueva normalidad, aunque muchos de los vendedores informales nunca la cambiaron.
De igual forma en Eje Central, Venustiano Carranza y Artículo 123 un gran número de tiendas venden sus productos con las cortinas abajo y puertas entre cerradas, pues comentan los empleados que su situación económica ya era muy mala.
Entre los comercios que desde ayer venden de manera normal se encuentran librerías, estudios fotográficos, ópticas y papelerías, así como tiendas de ropa; además de restaurantes y negocios de comida preparada, que permiten la estadía de comensales dentro de sus locales.
Apenas el semáforo epidemiológico se encuentra en naranja y el comercio se desbordó en el primer cuadro de la Ciudad, donde muchos no respetaron las medidas de prevención ante la pandemia.